1. ¡Hijo, me tienes harta!


    Fecha: 11/12/2024, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... un temblor muy profundo que exteriorizó con un grito. Javi sonrió, el placer que había llenado a su madre fue algo que le satisfizo por completo y mucho más cuando escuchó como la agente Bermúdez se salía por primera vez de su papel.
    
    —¡Joder, qué polla! Jamás había tenido una así… ¡Es enorme!
    
    El joven enaltecido por el comentario que se salía de la boca de María, dio con más fuerza, con un brío que solo se conoce en la juventud. A la mujer, que posteriormente le dolería la espalda por soportar semejantes envites, trataba de encajarlos con cara de placer mientras su saliva caliente caía sobre los folios.
    
    —¡Levanta la espalda! —pidió su hijo eufórico tocándola en los hombros.
    
    —Pídelo, por favor —de nuevo ese tono autoritario que tanto gustaba al joven.
    
    —Por favor…
    
    María, con las muñecas liberadas, colocó sus manos en la mesa, alzó su espalda mientras Javi la rodeaba con sus manos y alcanzaba los pechos apretándolos con ansia. Lo que siguió fue una penetración dura y frenética digna de un adolescente, que se podría asemejar a un mandril.
    
    —¡Sí…! ¡Así, así! ¡Házmelo así! —suplicaba la mujer sumida en un sexo que nunca había probado en su vida.
    
    La madre pedía y pedía, notando el próximo orgasmo que no tardó en llegar, mientras Javi la estimulaba los pezones de unos pechos que habían emergido del sujetador. Sus senos se pusieron duros y en un movimiento fuerte que hizo que los genitales de Javi contactaron con el clítoris de María, esta se corrió.
    
    —¡Mi ...
    ... amor! —aulló como un lobo en medio de la noche— ¡Qué…! ¡Qué…! —las palabras se le atragantaban en una garganta seca mientras su cuerpo vibraba sin control— ¡Qué bueno eres!
    
    Unos cuantos envites más siguieron, sin detenerse para que la mujer pudiera asimilar semejante orgasmo que la estaba nublando el raciocinio. Aunque de pronto sintió un hueco, algo se había salido de su cuerpo dejando la vagina sin acompañante.
    
    El jadeo de Javi era evidente y de estar más consciente, María se hubiera dado cuenta. El joven habida cesado en su movimiento sexual de penetrarla sin parar, porque se iba a correr. Mientras sonreía cara a la pared y sus pies tensos estaban de puntillas por semejante placer, la voz de su hijo la llamó rápidamente.
    
    —¡Me corro! ¡Ven aquí que la tengo en la punta! —las peticiones eran exigencias y su tono era frenético.
    
    Con su gorra mal puesta, la madre se dio la vuelta, viendo al pequeño pajeándose con insistencia un pene que parecía que fuera a reventar. Había dicho “ven aquí”, pero ¿a qué se refería con eso?
    
    La mano de Javi se posó en el hombro de su madre, sujetando la tela con fuerza y haciendo saber dónde se tenía que poner. Debido a la presión, la madre se arrodilló delante de aquel trabuco, que no paraba de moverse de manera frenética y daba la sensación de llamarla con su punta morada.
    
    —¡Chúpamela! —jadeó con pasión mientras entrecerraba los ojos— ¡Agente, sáqueme la leche!
    
    Cesó en la masturbación, para meter de improviso el pene dentro de la ...
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