1. Aventuras y desventuras húmedas. Tercera Etapa (5)


    Fecha: 12/12/2024, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... plato.
    
    —Me ha encantado. —alzó el rostro para mirar a su hijo. Sergio no la correspondía— Me has hecho un favor tremendo trayéndome hasta aquí.
    
    —No exageres, mamá. —el joven separó los ojos de su plato y observó la perfecta belleza que tenía delante.
    
    —Es verdad, hijo. Necesitaba un día para mí, pasármelo bien, estar un poco fuera de casa. Aunque solamente haya sido hoy, tenía que desconectar un poco.
    
    —Estoy de acuerdo. —por un momento se sostuvieron la mirada y Sergio vio el momento para comentarla algo— Te veo muy bien últimamente… —no sonaba del todo bien y corrigió— me refiero psicológicamente. Con la mente no tan agotada, te das más tiempo para ti, te cuidas, piensas en ti, incluso sonríes de vez en cuando.
    
    —¿Solo de vez en cuando? —lanzó una sonrisa sarcástica.
    
    —Sí, una vez o dos al día, creo que ese es tu límite.
    
    Mari negó con la cabeza sin quitar la vista de su hijo. Sergio sonreía por su broma, aunque debajo de la mesa su pierna no se paraba de mover de lo inquieto que se sentía. La tripa le daba vueltas y los nervios estaban a flor de piel, sabía que la noche se acercaba.
    
    —Sergio, fuera de bromas. En serio lo digo… —pareció costarle sacarlo de su boca— muchas gracias. Has visto lo que necesitaba y lo has cumplido. Todavía recuerdo cuando me dijiste que tratarías de hacerme feliz, en aquel momento pensé que eran las típicas palabras que se dicen para que una esté bien, pero no era así. Durante todo este invierno me has ayudado a ...
    ... cambiar…
    
    —No creo que solo haya sido yo… —trató de parar la sinceridad de su madre.
    
    —Sí, cariño, fuiste tú en casi la totalidad. Cierto es que Laura también ha dado un cambio y está mucho más agradable. —pensó hablar de Dani… pero no le salía, no lo veía ADECUADO— Has cumplido lo que dijiste. Eso… te convierte en un… hombre.
    
    La última palabra le siguió una intensa mirada. Sergio se sintió cortocircuitado. Mientras agachaba la cabeza para alcanzar otros pocos macarrones, por su cuerpo corrían miles de sensaciones totalmente desorientadas. Aquella última palabra le había hecho imaginarse tantas cosas que no podía controlarse, su pierna bajo la intimidad de la mesa se movía frenética tratando de calmar el resto del cuerpo.
    
    Volvió los ojos hacia la mujer que lo miraba intensamente. Ya no era su madre, era Mari, una dama despampanante que cenaba con él en un hotel de la capital. Aquel azul tan profundo que poseía también su tía y su hermana, relampagueaba con las leves luces que los envolvían. Su cuerpo de por sí ya tembloroso, estaba al borde del colapso. Nunca se había sentido así, era algo desconocido.
    
    —Gracias, Mari. —llamarla mamá ya no casaba tanto— Aun así, creo que te pasas un poco. Apenas he hecho nada, hemos ido al cine y luego venido aquí, nada más. —dio un bocado a sus macarrones, mientras Mari hacia lo mismo con la ensalada— Quizá… debería haber hecho algo más.
    
    “¿Qué más?” quiso preguntar la mujer que buscaba la respuesta más obscena posible, se contestó a sí ...
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