1. Ainhoa, la policía local (II)


    Fecha: 13/12/2024, Categorías: Hetero Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos

    ... negros de tacón alto, completaban su conjunto. Iba vestida para matar.
    
    -¡Ainhoa estás impresionante!, ¡guapísima! No sé si podré aguantarme. ¿A dónde vamos? No iremos a una fiesta y no me he enterado?
    
    -Bueno, puede decirse que es una especie de fiesta. Pero todo a su debido tiempo.
    
    Yo, con un estilo más casual -americana de algodón ligero, camisa blanca, tejanos y zapatos negros-ante aquella abrumadora belleza me sentía en inferioridad de condiciones para ir a ese tipo de fiesta que me decía.
    
    Subimos a su coche, un todoterreno Toyota que ya tenía unos años y al que por le hacía falta una limpieza en su interior.
    
    Se puso al volante e iniciamos el viaje hacia la ciudad, nos quedaba una hora y media de autopista.
    
    Me costaba dejar de mirar sus preciosas y tentadoras piernas. La tela suave y sedosa se acoplaba como una segunda piel, muy cerca de sus ingles. Mi miembro estaba empalmándose de excitación, mientras ella lo miraba de reojo, de vez en cuando, esbozando una leve sonrisa, mientras conducía en silencio. No le gustaba hablar conduciendo -esta era una de sus reglas-.
    
    No me pude aguantar. Alargué mi mano posándola sobre su suave pierna, mientras ella no dejaba de mirar al frente, conduciendo, como si no la tuviera encima. Acerqué mi mano hacia su cálida entrepierna, bajo la suavidad de su falda, acariciando su sexo por encima de sus bragas. Sus ojos se entornaron, suspirando suave y lentamente. Aparté con mis dedos el tejido, introduciéndolos dentro de ...
    ... su sexo, notando su calor y humedad. Mis dedos se desplazaban en su interior con fluidez, hacia el interior de su vagina, iniciando un suave movimiento de entrada y salida. Sus gemidos eran más fuertes, removiéndose de su asiento, mordiéndose el labio inferior. Mis dedos iniciaron un movimiento más rápido y frenético, acompasado con el movimiento de su cuerpo y sus gemidos cada vez más fuertes. Su cuerpo realizó unos movimientos de contracción, con pequeños espasmos. Mis dedos notaron un mayor flujo, empapándolos. Tal como íbamos por la autopista, dio un pequeño volantazo, que nos hizo cambiar de carril, aunque rápidamente tomó el control. Nuestras caras pasaron del rojo al blanco en un momento.
    
    -¡Fernando, contrólate que casi nos la damos!
    
    -Ainhoa, eres una provocadora, con esa falda y esas piernas…
    
    -Si, si, pero contrólate, ya tendremos tiempo.
    
    Seguimos el resto del trayecto en silencio, escuchando la música de la radio.
    
    Entramos en la ciudad. Rápidamente nos situamos en la zona alta de la misma y aparcamos.
    
    -Ya hemos llegado, aquí es.
    
    -¿Vamos a una fiesta?
    
    -Sí que es una fiesta. Es un local de parejas, de intercambios. ¿Has estado alguna vez en alguno?
    
    -No, es la primera vez. He oído hablar de ellos pero nunca se había presentado la ocasión. También he de decirte que me da un poco de respeto.
    
    -Me lo suponía. No te preocupes, Fernando, tú déjame a mí.
    
    Era un edificio con varias plantas, rodeado de vegetación, parecía una torre residencial ...
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