1. Ainhoa, la policía local (II)


    Fecha: 13/12/2024, Categorías: Hetero Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos

    ... quería compartir a Ainhoa con nadie, sin embargo ella se encontraba como pez en el agua.
    
    Después de un rato de conversación, Ainhoa me cogió de la mano y les trasladó un, nos vemos luego, con un guiño a Roberto.
    
    Me enseñó el local que parecía conocer muy bien. En el piso superior tenían una pequeña sala de cine, un cuarto oscuro y salas con camas gigantes. También jacuzzi, piscina e incluso terraza con un jardín. Estaba asombrado, parecía un hotel de lujo, pero sin habitaciones. En la última planta, estaban los lavabos, taquillas para cambiarse de ropa e incluso una especie de discoteca con taburetes, mesas y luces tenues azuladas que creaban un espacio íntimo.
    
    Nos quedamos en la terraza, donde había unas cuantas parejas, aunque pocas, y pedimos otra bebida. Hicimos amistad con un matrimonio sevillano que se encontraba de vacaciones en la ciudad. Un matrimonio muy simpático y dicharachero. El marido no dejaba de mirar las piernas de Ainhoa como si las estuviera radiografiando, también hay que decir que era médico. Su mujer tonteaba conmigo y de vez en cuando me dirigía alguna mirada libidinosa hacia mi paquete. La noche prometía, no sería por falta de oportunidades.
    
    Después de una hora, Ainhoa me volvió a coger de la mano, nos despedimos del matrimonio, y nos fuimos a la última planta, donde estaban las taquillas. Allí, nos cambiamos de ropa, quedándonos en albornoz y zapatillas, sin nada debajo. El local se había ido llenando de gente, aunque todavía debía ...
    ... estar a mitad de su capacidad. Había bastante ambiente. Aprovechamos para echar un vistazo a la sala discoteca, donde varias parejas bailaban. Dos chicas se estaban besando apasionadamente mientras bailaban lentamente y en un extremo había una chica joven metiéndose el pene erecto, de lo que supuse sería su pareja, en la boca, lamiéndolo como si no hubiera un mañana. Esta visión me puso a mil y empezó a sobresalir un bulto de la parte baja de mi albornoz.
    
    Ainhoa, miraba mi bulto y con una sonrisa sibilina, volvió a cogerme de la mano:
    
    -Ven Fernando, esto te va a gustar.
    
    Me llevó hacia otra sala, dentro de la misma planta, dónde estaban varias camas grandes y juntas, con sofás a su alrededor y luz tenue. En la sala y en una de las camas, una pareja follaba mientras en los sofás otras dos parejas los miraban y se acariciaban. Una de las parejas en los sofás era Roberto y Ana María. Se habían despojado de sus respectivos albornoces, estaban desnudos, acariciándose y mirando a la pareja de las camas. Sus cuerpos eran espectaculares. Roberto tenía un pene que quitaba el hipo y que no pasó desapercibido para Ainhoa.
    
    Nos sentamos al a lado de ellos, el sofá era espacioso. Nos despojamos de nuestros albornoces, quedándonos desnudos. Comenzamos a besarnos y acariciarnos. Ainhoa me acariciaba el pene, totalmente erecto y yo sus pechos, mientras mirábamos a la pareja de las camas.
    
    Ainhoa volvió a coger mi mano, arrastrándome suavemente, hacia la zona de exhibición, hacia las ...
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