1. Solas o en compañía


    Fecha: 13/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... este con su polla en la mano buscando la entrada de la vagina de Liz, hasta que por fin la encontró metiéndola despacio hasta que desapareció por completo dentro de ella a la vez que un grito salía de la boca de Liz, sus ojos me miraron para después cerrarse y con la cara descompuesta de placer recibía una y otra vez la polla de mi chico. Erick me hacía desearlo cada vez más, mientras que Mario y su madre follaban a buen ritmo, los dos fundiendo su deseo, con la polla de Mario saliendo prácticamente blanquecina por el flujo de Liz, Erick metía el capullo en mi vagina para luego sacarlo, golpearme con él, mi clítoris y meterlos entre mis labios húmedos, para terminar metiéndomela de golpe con un fuerte empujón que movía todo mi cuerpo hacia arriba y me hacía gritar bien alto cada vez que me penetraba, luego la sacaba otra vez y volvía a la casilla inicial del juego, estaba como loca porque terminará, estaba loca porque me la metiera y ya no la sacara, entonces Erick metió su lengua en mi boca y con sus fuertes brazos me levanto, con las manos me sujetaba de las nalgas y uno, dos pasos me apretó contra la pared, cogió mis piernas para que las entrelazara sobre su cuerpo con mis zapatos de tacón todavía puestos, con una mano busco su polla la puso sobre la raja de mi vagina que rezumaba flujo y con un gran empujón me la metió tan dentro que levanto mi cuerpo varios centímetros por la pared.
    
    El grito que lance al ser ensartada por aquella polla hizo que Liz y Mario nos ...
    ... miraran, Mario seguía fallándose a Lizbeth y está entre gemidos y gritos me miraba y sonreía devolviéndole yo el gesto, estaba viendo en mí su rostro el placer cada vez que su hijo la follaba y yo en ella el placer que Mario me daba cada día, nuestros cuerpos se movían al unísono cada vez que nos penetraba, cada empujón subía y bajaba nuestros pechos que bailaban sobre nuestros cuerpos, yo subía y bajaba por la pared sintiendo como la polla de Erick entraba y salía de mí, sin poder hacer nada más que recibirla, le besaba y mordía el cuello, le arañaba con mis uñas la espalda cada vez que la sentía tan dentro de mí, los gemidos de los cuatro se fueron haciendo más intensos, los gritos de Liz y míos más altos, casi como si lloráramos, el sonido de sus penes al entrar en nuestras vaginas cada vez más y más rápidos, hasta que uno a uno fuimos estallando en varios orgasmos, yo conocía bien los gemidos de Mario, veía la cara de Liz descompuesta cuando empezó a temblar poco antes que yo, cuando Erick dejando que apoyara una pierna en el suelo y cogiéndome la otra por el muslo me empezó a penetrar tan profundo y tan fuerte que notaba su polla casi atravesándome el útero, un minuto después de que mi cuerpo sintiera un orgasmo tras otro sentí como descargaba dentro de mí su cargamento caliente de semen, tanto que enseguida empezó a resbalar por mis muslos a la vez que Erick me gemía al oído metiéndose mi lóbulo en su boca.
    
    Los cuatro terminamos sudando y jadeando, la respiración acelerada ...
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