Arte, seducción y lujuria
Fecha: 13/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... por los dioses.
—Ponte un condón, —le pido, pero hace caso omiso a mi petición.
Con los pantalones y las bragas bajadas siento una fuerte palmada en mi nalga derecha que hace que me queje. Una segunda aplicada con más contundencia me deja la marca y la zona toma un tono rojizo.
—¿Quieres que te folle, o prefieres ir a a comprar condones? —me pregunta con la certeza de que deseo fervientemente lo primero, por tanto, me olvido de los condones, sin embargo, mi refinada educación todavía me impide expresarme abiertamente.
—¿No es lo que deseabas desde que nos vimos, zorra? —me repite. Yo no respondo a sus groserías. Me empieza a molestar su lenguaje soez, pero sé que aunque no son las formas correctas de decirlo no anda lejos de la verdad, por eso quiero pasar a la acción y que deje de vilipendiarme.
—¿No has venido a eso? —insiste aproximándose a mi oído, al mismo tiempo que tira de mi pelo.
—¿O has venido a ver mi arte? —añade tirando con más fuerza, mientras le miro a los ojos sin saber si odiarle, mandarlo a la mierda o desearle.
—No me hables así, —le reprendo.
—No me vengas con remilgos, guapa, que se te notaba a la legua que tu coño hacía aguas.
—Pero serás cabrón, —le amonesto de nuevo.
—¿Me equivoco? —pregunta mientras dos dedos de su otra mano chapotean dentro de mi coño provocando sonoros chasquidos y haciendo que resbalen mis caldos entre las piernas. Muevo mi pelvis y mis gemidos se escapan involuntariamente de mi boca.
—Eso es. Mueve ...
... el culo, — me ordena al tiempo que las pequeñas extremidades se mueven más y más rápido. Quiero mandarlo a tomar viento, pero también gritar de gusto con sus dedos follándome. Intento reprimir esas ansias, pero finalmente cedo al orgasmo y libero reiterados gritos de placer, a la vez que me tiemblan las piernas y mis flujos se desparraman sin contención.
Sin tiempo para recuperarme noto el glande presionando a la entrada de mi raja, y con un firme empujón mi vagina engulle la polla del fotógrafo en el interior. Exhalo un suspiro al sentir su virilidad dentro de mí y el placer retorna con renovadas fuerzas en movimientos repetitivos que van ganando en velocidad y rudeza entrando y saliendo de mi cavidad mientras muevo el culo queriendo sentir todo el puntal.
—Menuda zorra caliente estás hecha. —Te morías de ganas por un buen rabo, ¿verdad cariño? —me dice cogiéndome de nuevo del pelo y tirando de mi melena hacia él mientras la rapidez con la que arremete me arranca gemido tras gemido en cada embate.
Con los pies me deshago de los pantalones y de las bragas, lo que me facilita abrir las piernas para sentirlo mejor.
—¡Qué culazo tienes cabrona! —exclama poseído por el deseo, sin embargo, lejos de molestarme, los improperios me ponen cada vez más cachonda y entro en un estado de excitación que no recuerdo haber experimentado nunca. Su polla entra y sale de mí socavando mis entrañas con contundentes golpes de cadera. Estoy en condiciones de alcanzar mi segundo orgasmo ...