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La promiscua (2)
Fecha: 14/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
Como ya he comentado en otra ocasión, soy muy promiscua. Una auténtica zorra. Una puta, vamos, hablando mal y pronto. Y no lo puedo remediar. Mi espíritu rebelde y liberal hacen que la monogamia me resulten asfixiante. Sí, ya sé, muchos (y muchas más) dirán aquello de que si no puedo ser fiel para qué tengo pareja. Pues porque las personas tenemos muchas contradicciones. Somos muchas cosas al mismo tiempo. Y en mi caso, estar emparejada con un hombre al que quiero me da una estabilidad necesaria para vivir pero... A veces, necesito poner un poco de sal. Necesito sentir la adrenalina de lo prohibido. Esa que recorre el torrente sanguíneo ante la posibilidad de ser descubierta. Sexo prohibido, secreto. Si nunca lo han probado no saben lo que se pierden. A lo largo de mi vida he tenido muchos amantes. Reconozco que cuando decidí parejaeme y ser madre mi espíritu promiscuo se aletargó. Deje de sentir la necesidad de zorrear. Ya he dicho que quiero a mi marido y mucho más a mi hijo. De manera que durante un par de años me sentía plenamente satisfecha a nivel sexual. Pero después de un par de años el sexo marital, de sábado noche y cama de matrimonio, comenzó a quedarse corto para mis necesidades de mujer activa. Comencé a masturbarme con más frecuencia. Me hice con juguetes que usaba sin miramientos. Mi marido correspondía a mi apetito pero lo que yo necesitaba era algo diferente. Probar otras pollas. Así que volví a caer en la tentación. Acompañada de mi íntima, y ...
... también promiscua, amiga (ya saben aquello de que Dios los los cría y ellos se juntan) le fui infiel a mi marido con un bombero que estaba buenísimo. Él, mi marido, nunca lo supo haciendo bueno aquello de que el cornudo es el último en enterarse. Fue a partir de ahí cuando comencé a retomar mi vida de mujer infiel. Mi amiga Sandra dice que estos son "bombonas de oxigeno" que nos permite seguir inmersas en nuestros matrimonios. Dicen que lo más complicado de cualquier cosa es realizarlo la primera vez, después de derribar esa barrera moral ya sabemos de lo que somos capaces. Y eso me sucedió a mi. Después de varios años siendo le fiel a mi marido, una vez lo engañé la primera vez supe que no tendría demasiados cargos de conciencia para hacerlo de nuevo. Y así fue como le volví a poner los cuernos al pobre hombre. Aproveché que mi marido llevaba a nuestro hijo al fútbol por primera vez para quedar con mi amiga Sandra y salir a pasar un buen rato. Fue una de esas salidas en las que me encontraba especialmente atractiva y con ganas de guerra. Mi melena negra planchada, mi belleza viciosa y morbosa se acrecentaba con un chaleco negro de cuello alto que realzaba mis maravillosas tetas. Un pantalón vaquero ajustado y unas botas negras. Mi amiga Sandra no pudo reprimir un comentario soez: -Pero que puta zorra eres. Tú has salido a follar... jajaja. Estuvimos tomando unas cervezas en varios bares y charlando de nuestras vidas. Después decidimos picar algo para rematar con unas ...