1. La promiscua (2)


    Fecha: 14/12/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... límite del dolor mientras con la otra mano buscaba bajo el pantalón la entrada de mi coño.
    
    Sin saber muy bien como me tenía con el pantalón en los tobillos y sus dedos entrando y saliendo de mi rajita adornada con una estrecha franja de vello negro. El tipo era un magnífico amante. Sin prisas, tomándose el tiempo necesario me llevó a un impresionante orgasmo antes de recorrer mi cuerpo con su lengua desde las tetas hasta el clítoris. De repente me vi tumbada en el sofá de aquella oficina, agarrándome las tetas y entre mis piernas abiertas un tipo comiéndome el coño. Al tiempo que yo me amasaba las tetas y me pellizcaba los pezones, Rafa trillaba mi clítoris con los dientes y metía un par de dedos en la vagina.
    
    Justo antes de llegar al orgasmo, el tipo paró:
    
    -¿Qué haces cabrón?
    
    Sin mediar palabra se tumbó sobre mí y de un golpe de cadera me clavó la polla hasta el fondo. La sensación fue indescriptible. Una especie de dolor agudo se transformó al instante en algo placentero. Era la primera vez que me penetraban tan profundo. Sin respiro, un segundo golpe de cadera para clavarmel hasta los higadillos y fijarme al sofá. Di un grito desgarrador. Rafa comenzó una follada tremenda. Yo intentaba agarrarle con las piernas. Le arañé. Le mordí. Lloraba, reís. Todo al mismo tiempo .ientras aquel conocido de .i marido me partía en dos con sus 25 centímetros de polla.
    
    Suspiros, gemidos, insultos, gruñidos. No sabía cómo exteriorizar el placer de sentirme totalmente ...
    ... llena. Mi lubricación era más de la habitual, igual que mi excitación. Rafa me estaba echando el polvo de mi vida. Me la dejó clavada tan adentro que casi creo que me rompería:
    
    -Diosss, -dije con esfuerzo -me la vas a sacar por la boca, cabrón.
    
    Por un segundo salió de mí y sentí un vacío interior inexplicable. Sin 3sfuerzo me volteó y me colocó a cuatro patas sobre el sofá. Sabiendo lo que se me venía encima, me agarré fuerte y esperé el puntazo. Rafa me sujetó por las caderas y comenzó un mete-saca frenético. Me parecía increíble que alguien pudiera mover la cadera a tal ritmo. Sentía como su capullo llegaba al fondo de mi coño. Casi al útero y aún tenía fuerzas para seguir percutiendo. Yo le alentaba a que me diera más fuerte. A que no dejara de empujar. A qué me partiese en dos con aquel fenómeno de la naturaleza que era su polla. Rafa me estaba empotrando literalmente:
    
    -Me corro, puta...
    
    -No te salgas. Córrete dentro, cabrón.
    
    Con un grito animal, Rafa volvió a eyacular de manera abundante. Esta vez dentro de mi coño. Hacía años que tomaba la píldora con lo que no había riesgo de embarazo. Y semejante corrida no podía desperdiciar. Los últimos puntazos hicieron que la leche comenzará a salir de mi coño y resbalarse por mis muslos. Cuando terminó de correrse salió de mí lnterior y yo caí derrengada. Tenia el coño dolorido. Sentía como si me hubiese movido algo dentro con los pollazos tan profundo.
    
    Había perdido la noción del tiempo cuando un palmetazo de Rafa ...
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