1. A mi mujer le gustaron las katanas


    Fecha: 18/12/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos

    ... orgasmos y mientras Javiera yacía desparramada sobre el sillón, los hombres se desvistieron. El Sr. Hatami se sentó en el borde, tomó a Javiera, dejándola frente a él y de una sola vez la sentó sobre su verga, iniciando de una, un a todo ritmo mete y saca en su empapado coño. De cuando en cuando le succionaba con pasión un excitado seno.
    
    El Sr. Hatami hacía saltar sobre su verga a mi esposa con saña para luego, con el miembro enterrado, comenzar a mover sus caderas adelante y atrás cada vez más rápido hasta un nuevo orgasmo (otro más). De súbito Hatami, desempaló a Javiera y ubicándola entre sus piernas, agachada sin doblar las rodillas, hizo que le besara el cuerpo.
    
    Entonces, Kanagua, apoyando su mano en la espalada de mi mujercita, la acomodó, dejándole el culo aún más expuesto y ambos senos y labios a merced de la boca de su socio quien luego de solazarse en ellos, con su mano en la nuca de mi esposa, la llevó directo a que engullera su verga.
    
    De rodillas a menos de un metro de la escena, grababa excitado como nunca antes lo había estado, cómo Kanagua penetraba poco a poco el coño de mi esposa con su verga mientras con sus dedos, hacía lo propio por el culo. Hatami, al sentir quejidos, con su mano dirigió el brazo de Javiera hasta posarla en su entrepierna. Al oído le susurró, -tócate tú misma el clítoris- y la instó a continuar chupándole apasionadamente la verga.
    
    Javiera a pesar de ser una mujer ardiente en la cama, nunca había sido ni gritona ni tampoco ...
    ... multiorgásmica, pero estos señores eran verdaderos samuráis del sexo. Tenían a mi esposa chupándole la verga a Hatami y parándole el culo a Kanagua, quien penetraba su coño con la verga y su culo con dos dedos coordinadamente.
    
    Al cabo de un buen rato follándose a Javiera a tres bandas, Kanagua dejó ambos orificios libres en medio de otro orgasmo de Javi, la dio vuelta, dejándola de pie, de espalda a Hatami, jadeando, el mojado pelo pegado al rostro.
    
    Éste, luego de levantarse, la tomó por las caderas y lentamente comenzó a perforarle el culo hasta lograr incrustarle la verga completa. Le puso las manos donde terminan las piernas y empieza el culo, alzándola en vilo. Luego de unos segundos de paz, la dejó caer para luego levantarla, unas cuantas veces, obteniendo de parte de mi mujer, audibles gemidos de placer.
    
    Tras unos cuantos sube y baja, de súbito se detuvo. Kanagua aprovechó esos instantes de calma para ubicarse, mirándola a los ojos, entre sus piernas, para con tiento, comenzar a penetrarle el coño sin sacarle la verga del culo.
    
    El rostro desencajado, los párpados unidos a cal y canto, silenciosa la boca semi abierta, los puños crispados, arqueada la espalda, contraídos los acicalados dedos de sus delicados pies, todos síntomas que daban cuenta del tremendo gozo en el que flotaba mi señora.
    
    Una vez las dos vergas estuvieron acomodadas, iniciaron una demoledora doble penetración que desde el comienzo y hasta que los hombres acabaron dentro de ella, la mantuvo ...
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