1. Don Lito el portero y Marilina


    Fecha: 29/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: suchabitch, Fuente: CuentoRelatos

    Don Lito es portero en un edificio desde hace más de veinte años. Conoce a cada uno de los residentes en el edificio y con algunos tiene más familiaridad que con otros. Hace cuatro años una familia vino al tercer piso, un matrimonio y su hija que en ese entonces tenía quince años. La chiquilla, rubia, muy bonita a esa edad ya se adivinaba que cuando creciera sería una belleza. Marfilina, que así se llamaba, ahora a sus 19 años era más que una belleza, era un espectáculo verla con su larga cabellera, su carita todavía aniñada y su cuerpo esbelto de piernas largas que llamaban la atención de hombres jóvenes y también no tan jóvenes. Incluso una vez, mientras Don Lito estaba en la puerta del edificio, Doña Margot una vecina, le comento viendo pasar a la chica cuando salía del edificio vestida con minifalda y una ligera blusa, "Que preciosura esa chica, lo que ha ser verla desnuda". Don Lito pensaba lo mismo, cada vez que la veía se excitaba, sabiendo que era un manjar que nunca probaría. Cuando la chica subía la escalera en shorts o en cortas polleras, dejando a la vista sus muslos y piernas, Don Lito no podía reprimir una erección. Se aliviaba masturbándose en su vivienda en el subsuelo del edificio, pensando como seria pasar sus manos por esos suaves muslos y comerse a lengüetazos esa conchita.
    
    Una noche algo extraño ocurrió. Estando Don Lito de guardia, vio llegar a Marfilina, vestida tan sensual como siempre con una minifalda y una remera. Venia acompañada de un señor ...
    ... mayor, canoso y alto que Don Lito no reconoció. La chica al pasar le dijo "Hola Don Lito" a lo que el portero respondió "Hola nena" y subieron por la escalera. Sintió una punzada de celos, no le conocía ningún novio a la chica y además ese hombre era muy mayor para Marfilina. Debería de tener como 45 o 50 años, debería de ser algún pariente, un tío quizás, pensó para consolarse.
    
    Pasado un buen rato, cuando ya estaba para retirarse a su vivienda, Don Lito sintió unos extraños susurros y vagos gemidos en el descanso de la escalera. No reprimiendo su curiosidad, subió sigilosamente los escalones hasta el primer descanso y en la penumbra quedo sorprendido por lo que vio: Marfilina estaba apoyada contra la pared, su minifalda estaba subida hasta la cintura y el hombre canoso la estaba manoseando mientras la besaba ardorosamente a lo que la chica respondía.
    
    Al principio no supo que hacer, pero luego decidió, guiando su mano hacia el interruptor de luz del palier, encenderlo. La luz se hizo de golpe en el lugar y el hombre canoso, sorprendido, dejo de manosear las piernas de la chica, se volvió, miro al portero y sin decir nada emprendió la huida por las escaleras hacia la planta baja. Don Lito miraba a la chica que se arreglaba como podía la pollera, miraba hacia el suelo y también, sin decir nada, se dirigió presurosa escaleras arriba hacia su apartamento.
    
    Luego de este episodio, varios días pasaron sin que el portero viera a la chica, pero su retorcida mente empezó a tramar ...
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