1. ¡Que viva la diversión!


    Fecha: 22/12/2024, Categorías: Hetero Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    Con mi esposa tenemos claro que, si se despierta algún deseo o curiosidad sobre lo sexual en nuestro matrimonio, solo tiene que comunicarse, lo consideramos y vemos si es viable la aventura. Hasta ahora todo ha funcionado sin mayores contratiempos. A veces se dan las cosas, otras veces no. A veces la realidad supera la fantasía y otras veces no. En algunas ocasiones las situaciones simplemente surgen sin tanto preparativo ni planeamiento.
    
    Es claro que ella aprovecha las circunstancias y, si la oportunidad aparece, por qué no hacerlo. Se trata de calmar las ganas si la energía sexual está disparada y las ganas aparecen. No siempre las cosas fluyen como quisiéramos, pero la mayoría de las veces las cosas se han dado. No hay interés de mi mujer de comportarse como una puta, aunque las experiencias que hemos tenido darían pie a pensar que es así. ¡No! Simplemente, ante la apertura que hay para que cada uno se sienta libre de expresar su sexualidad y calme su calentura como mejor le parezca y crea conveniente, se aprovecha cada oportunidad que se presenta.
    
    Detrás del intercambio sexual con otros, fuera del matrimonio, existen un sin fin de motivaciones. Ella quiere sentir que es apreciada y deseada por los hombres, que sigue vigente su capacidad de seducción si lo desea, que los hombres la encuentren atractiva y darse el gusto de escoger y disponer de ellos a su antojo, que tiene la libertad para decidir cuándo, en qué momento y con quién tener un encuentro, y que puede ...
    ... disfrutar de su sexualidad de la mejor manera posible sin que la relación matrimonial se vea lesionada y se mantenga la aventura como un propósito de pareja.
    
    No hay un patrón definido cuando le surge a ella el impulso de tener una aventura. Algo en su interior la motiva y, sabiendo que hay complicidad de mi parte, la posibilidad de tener una experiencia se pone a andar. Nunca tenemos claro los móviles de tiempo, modo y lugar. Aparece la tentación y activamos los mecanismos para tratar de lograr el propósito. A mí me gusta observar, claro está, y a ella, por supuesto, copular. Nunca está de por medio hacer algo para el otro. Si se da la aventura, los dos sacamos provecho.
    
    Tenemos establecido, eso sí, que, si queremos lograr un ligue, pues tenemos que acudir a donde la gente, especialmente los hombres, van con esa intención. Nuestro escenario preferido son las discotecas, especialmente aquellas que están situadas convenientemente en proximidades de moteles, bares o sitios de encuentros swingers. Hasta ahora, esa estrategia no ha fallado. Si ella anda de cacería, de seguro en aquellos lugares encuentra la presa que le gusta. Pero no siempre es así.
    
    Alguna vez, ella me acompañó a un evento académico, un congreso de la industria aeronáutica, que versaba sobre temas de seguridad aérea. El evento tenía lugar en Miami y la idea era que, mientras yo asistía a las conferencias, ella tuviera la oportunidad de conocer la ciudad y sus atracciones. Habíamos revisado las opciones ...
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