De nuevo en el Calzadón de Copacabana
Fecha: 02/01/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Patita Putita, Fuente: CuentoRelatos
... decir nada, me trajo una cerveza y comentamos un poco, le dije: Me gustó tu chile, es bueno, y me mandaste un montón de engrudo… jajaja
Es porque estas muy buenota y sabes muy bien como tragarte un palo, eres una mamadora muy buena. Tienes unas nalgas lindas que además sabes mover muy bien. ¿Eres puta? ¡Nooo... como crees?
Bueno ¿Me vas a coger, o descansamos un ratito? Quiero sentir ese garrote por mi chucha. Le pareció buena idea descansar y nos quedamos quietos tomando una cerveza y viendo una pendejada en la tele.
Estábamos así, cuando oímos el ruidito de la llave en la puerta. ¡Estábamos encuerados en la cama! A pesar de la advertencia, mi picador, tenso, saltó de la cama y se medio cubrió con algo.
Le puse una mano en su brazo para tranquilizarlo, unos segundos después, entró mi marido, que sonriente nos dijo:
Ajajá… ¡Con que en la cama con un desconocido!
Si amor… me invitó a subir y no resistí.
Huumm, me parece bien. Por su apariencia y tu desgreñado, asumo que ya te cogió.
No amorcito, no, no me cogió, solo lo mamé. No me ha cogido.
¡Ah bueno! ¿Y ahora vas a dejar que te meta el pito?
Lo estaba pensando, si tú no tienes inconveniente.
¿Te gustó? Si, si me gustó.
Bueno, le dijo al picador, en ese caso ¿Qué te parece si nos cogemos los dos a esta gallina?
¡Me parece muy buena idea! respondió el picador, dando un suspiro de alivio, y colocando una mano en mis nalgas, como para confirmar.
Mi marido, tomó una cerveza y se sentó a ...
... vernos, sin decir nada. Todos callados. El picador más tranquilo, se pasó a la cama y me besó cálidamente, acariciándome, para animarlo, le coloqué la mano en mi pecho.
Mi marido se nos quedó viendo, acariciando suavemente mi muslo. Poco después los dos aceleraron las caricias, pronto tenía a uno chupando algún pezón, o dedeando mi chota y culo. Estaban metiendo las cuatro manos por mis nalgas, pechos y raja… por todos lados. Y yo feliz.
Lo siguiente era lo esperado. No se cómo, estaba arrodillada, de a perrita, no recuerdo si yo lo decidí, o alguno me empujó a poner las nalgas en pompa y por supuesto, antes de pensar dos veces estaba con un puñal metido en cada extremo m moviéndonos al ritmo los tres.
Cada minuto de foda, me llevaba más y más al éxtasis. De esa manera, me vine mucho más rápido de lo que acostumbro, casi junto con ellos y fue con muchos estertores y bufidos. El picador se vino junto conmigo, mi marido con su verga en mi boquita, tardó un poco más.
Paramos otro poco y se cambiaron de lugar, repitiendo la foda. Yo feliz, gozando como loca, como una puta loca. Oía que me decían:
¡Mueve esa nalga putota! ¡Mueve el culo amorcito! ¡Así perrita, así! ¡Que perrota chingona tienes! Si… arf, arf, arf… es una putota bien chingona. Que rico tamal que tienes entre las piernas zorrita, ese que ya me lo comí un chingo de veces.
El que ahora te está chingando este guey…
¿Te gustó cabrón?
¡Siii… tu puta está rebuena! ¡y como sabe mover las nalgas! ¡qué ...