Mi compañera de trabajo, una desesperada por sexo
Fecha: 03/01/2025,
Categorías:
Confesiones
Autor: Gusti71, Fuente: CuentoRelatos
He tenido varias historias sexuales en mis distintos trabajos. Esta es un tanto particular por las características de la mujer con la que estuve.
Yo venía de separarme de mi esposa y en mi nueva soltería sola estar con diferentes mujeres. Una de ellas era de la oficina, con la que ya tenía una relación algo más formal.
El punto es que en el escritorio que estaba frente a mi en la isla de desarrollo de software, había una mujer parte de mi equipo de trabajo con la que ya llevábamos varios años trabajando juntos y yo había sido promovido y era su jefe.
Yo en ese tiempo con muy buen físico, mi altura de 1,90, delgado, cuerpo con musculatura marcada, ella de piel muy blanca, ojos castaños, buenas tetas, gordita, no muy sexy, no se solía maquillar, muy bonita de cara y un culo de buen tamaño y bastante parado y firme aunque con kilos demás como mencioné.
Ella también se había separado pero se había puesto nuevamente de novia formal, así que, entre todas las cosas que hablábamos, muchas veces conversábamos de temas sexuales.
En esas conversaciones pude empezar a ver que ella tenía poco control cuando sentía impulsos sexuales, no pensaba con claridad, como que su deseo la dominaba.
En ciertas ocasiones, cuando revisábamos algo juntos en la computadora, ella se ponía la lapicera en la boca y jugaba con su lengua. Yo no sabía si lo hacía para provocarme, pero lo cierto es que me excitaba.
Cierto día que se había hecho tarde y estábamos solos en la oficina, ...
... ella estaba parada frente a la máquina de café y yo me acerque por detrás. Le pregunte si podía abrazarla, mientras ponía mis manos en sus hombros. Ella respondió, mejor no, temblaba. Le pregunte por que temblaba, y por qué no podía abrazarla. Su respuesta fue “vos estas con mi amiga” (la mujer con la que tenía cierta formalidad de relación).
Pude sentir su excitación y nervios, mantuve mis manos en sus hombros y susurré en sus oídos, “estas segura?”. Ella se recostó sobre mí, yo la abracé por detrás y nuestros cuerpos se pegaron.
Debajo de mi pantalón mi pija latía al sentir el contacto con su culo, comencé a besar su cuello. Ella olía exquisito, su piel suave y su sensual movimiento fregando su culo contra mi pija ya muy dura me volvía loco.
Poco a poco fui moviendo mis manos por debajo de su remera hasta alcanzar sus tetas. Levante su corpiño y comencé a acariciar sus senos. Podía sentir sus pezones duros y de buen tamaño. Ella ya estaba entregada completamente, sus ojos cerrados, su respiración agitada mientras yo besaba apasionadamente su cuello.
Poco a poco fui desabrochando su pantalón, lo baje, y toque su tremendamente mojada concha. Mis dedos resbalaban por su vagina y fácilmente penetraban en ella.
Le pedí que se soltara, que teníamos confianza, que podía pedir y hacer lo que deseara sin restricciones.
Ella inmediatamente se giró me besó y agarro con fuerza mi pija, primero por sobre el pantalón, y luego sacándola, la comenzó a pajear en forma ...