1. Queriendo olvidar (capítulo dieciocho)


    Fecha: 05/01/2025, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    En el pueblo no me fue difícil dar con William que sorprendido me saludó porque estaría convencido de que me quedaría con Luis. Le conté que lo sabía todo y le pregunté por qué no me lo había contado.
    
    - ¡Mira, cosita rica, tú tienes un problema! Siempre lo has tenido y es que te enamoras. - sentenció - Entre maricones y bugarrones no hay amor, hay solo singueta. No sé, pero no funciona, escúchame, no funciona el querer ser la gente o la pareja o la mujer o el marido de alguien, eso no funciona.
    
    - Pero... - intenté protestar.
    
    - No, no hay peros que valgan. Es muy simple, esto es para gozar, singar y ya.
    
    No compartía la idea de William, él tenía más años que yo, estaba en esto desde hace mucho y tenía, por supuesto, más calle que yo pero no podía aceptar aquel orden.
    
    - Mejor te hubieras quedado con el Caballo, allí tenías pinga a tope. Olvídate de ese Coque por el momento, ya esa pinga volverá a ti... - trató de calmarme - ¿Qué quieres hacer? ¿Para qué has venido?
    
    - ¿Por qué me ha hecho esta mierda?
    
    - Mira, culo, no cojas lucha con eso..., ¿qué vas a hacer? Ya todo está hecho...
    
    - Pero, pinga, ¿por qué no me lo dijo?
    
    - Ja, ja, ja … -rió William - ¿Qué te dije una vez? Te lo repito, tú eres maricón y los maricones están para eso, para que le den por culo, para que lo usen y chuleen, para mamar, para sacar leche a los machos...y ya. ¡Te lo dije y mételo en la cabezota esa! Coque te dio morronga y leche a montón, pues ya ¿lo gozaste? ¿Dime?
    
    - Coque ...
    ... me decía otra cosa.... - protesté yo.
    
    - No, no, maricón, el negro te decía lo que tú querías oír que es diferente. A ver, ven, ... vamos...
    
    Me pasó el brazo por el hombre llevándome hacia el baño de La Placita, nos fuimos alejando de la claridad de la única farola de la parada, él me cogió la mano para que le cogiera la pinga. El muy cabrón ya la tenía dura. Entramos al baño que la parecer lo habían limpiado porque no apestaba. Fuimos a la última cabina, William me hizo bajar el pantalón y darme la vuelta. Iba a ir al directo. Escuché como se escupía la mano y sentí ensalivar mi culo, poner su pinga y meterla sin detenerse. Jadeé al sentirla de nuevo, mil veces me había singado pero siempre me provocaba aquella sensación de que me partía en dos. Pero él era el maestro, sabía cómo hacerlo y cómo dar placer. La sentí entrar, sentí como me cogía por la cintura y apretaba, eso quería decir que le gustaba. Yo apoyé los brazos en la pared y él me singó a lo macho, sin parar, apurando para venirse. Se vino, sentí como rugió y sus dedos se clavaron en mis nalgas. Sacó la pinga pero me dijo “quédate así”, alguien se puso detrás y metió su pinga. William me estaba chuleando como acostumbraba. No sabía quién era y aunque me hubiera vuelto, no habría visto nada con la oscuridad. El tipo que me singaba lo hacía con fuerza, al rato sentí que se estaba viniendo, respiré sabiendo que terminaría, lo escuché casi gritar mientras empujaba duro, pero no paró, siguió singándome. Su pinga ...
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