La farmacéutica
Fecha: 06/01/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Carmen Van Der Does, Fuente: CuentoRelatos
Isabel es una mujer atractiva. A sus cuarenta y dos añazos sigue conservando un cuerpo envidiable, sus ciento setenta centímetros de altura la vuelven imponente detrás del mostrador de la farmacia que dirige. Adorna su figura con una melena negra que le llega hasta el hombro y alguna cana furtiva que la hacen más interesante si cabe; un busto de buena talla y sobre el cual la gravedad no se ha cebado, y un culo redondo y respingón que vuelve loco a José María, su marido. Risueña y con un don de gentes que la ha hecho famosa en el barrio. Pero de puertas adentro, las cosas no son tan perfectas, su vida matrimonial ha caído en una tediosa rutina de la que sólo José María parece darse cuenta. Da la sensación que ella tiene su vida plena con su farmacia y sus hijos. Hasta aquella tarde de un mes de octubre.
Ariel es el nuevo delegado de zona de la farmacéutica Irrelevant Pharma. Campeón de boxeo en la categoría de peso Wélter en su Cuba natal, y médico graduado por la Universidad La Habana. Físicamente un portento, su metro ochenta y cinco, su piel negra, su sonrisa cautivadora con una fila de dientes blancos perfectos, un culo redondo, espaldas anchas, pectorales definidos...más de alguna mujer había vuelto la cabeza para mirarle en la calle. Y para qué hablar del personal femenino del polideportivo donde entrenaba todas las tardes. Se podía ganar la vida ejerciendo de gigoló, sin embargo su objetivo era trabajar y hacerse un hueco en nuestro país.
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Isabel ...
... estaba distraída ordenado recetas y albaranes de pedidos que la cooperativa farmacéutica le había dejado por la mañana. La puerta automática de cristal de la entrada se abrió y entró un chico joven negro que se presentó como el nuevo delegado de un proveedor con el que Isabel había empezado a trabajar recientemente. Dejó lo que estaba haciendo, llamó a su empleada, y pasó con Ariel a un despacho en la parte de atrás de la botica. Ariel desplegó todos sus encantos para conseguir que Isabel aumentara la cantidad de productos de su laboratorio. Dejó algunas muestras, catálogos, e informó a Isabel de las promociones para los clientes distinguidos, que incluían viajes al Caribe, o fines de semana en hoteles de superlujo en Cádiz y Málaga. Pero Isabel no se dejó impresionar por todo aquello, le llamaba más la atención la forma de hablar de Ariel, ese acento cubano meloso mezclado con el hablar español. Una sucesión de palabras terminadas en “L”, con ces y zetas que a Isabel le hacía mucha gracia. Una especie de interruptor se activó en su cerebro, la líbido que parecía dormida se activó de repente. A Ariel algo se le activó también en su interior, aquella mujer que tenía delante le inspiraba. Intuyó que era mayor que él, pero tenía mucho morbo. Pensó en invitarla a tomar un café, pero recapacitó y antepuso el trabajo al ligoteo. Cuando dieron por terminada la visita se despidieron dándose la mano, pero Isabel tiró al suelo accidentalmente una carpeta que estaba encima de la mesa. Ariel ...