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Steven y sus diabluras
Fecha: 14/01/2025, Categorías: Gays Autor: RedMau, Fuente: CuentoRelatos
... pero que en realidad le gustan también los hombres, me puso a mil. Comencé a darle más fuerte, mi pubis peludo golpeada su perineo lampiño. Él gemía cada vez más pesado. Finalmente él se movió y se salió mi pene. Con ambas manos él se agarró su pene y aún quedaba el glande a la vista, como presumiendo su herramienta. “sentate en ella” me dijo Agarré el lubricante, me eché una generosa cantidad en mi culo y luego le puse bastante en el pene de él y me senté sobre el. Yo estaba tan excitado que sólo acomodé mi pelvis y su pene entró suavemente, sin ninguna dificultad. Yo pensé que me iba a doler pero creo que la excitación le ganó a mis miedos. Steven al sentir su pene dentro comenzó a darme fuerte. Ese bodoque me partía la entrañas, sentía que me golpeaba el diafragma en cada embestida, cosa que me daba un gran placer. Luego sentí una incomodidad y decidí que era suficiente de cabalgar. Steven sólo abrió las piernas y lo penetré de nuevo, pero hoy mientras se lo hacía, él se masturbaba con ambas manos mientras me miraba con lujuria. Nos venimos casi al ...
... mismo tiempo. Él primero sacó una ingente cantidad de leche espesa que cayó sobre su abdomen tenso. Al poco rato mi leche llenaba su recto, pero seguí dándole pero cada vez más despacio. “sáquela… me duele” dijo al fin. Obedecí en silencio. Lo vi y él estaba jadeando de cansancio, igual yo. Nos besamos un buen rato. Luego él se levantó “ya me voy, mi esposa me va a llamar en un rato” dijo mientras se vestía apuradamente. Luego se fue. Ni siquiera se despidió Eran como las 10 pm cuando me duché con mi ano abierto y luego me fui a dormir. Ya con las luces apagadas y casi por quedarme dormido, oigo que tocan a mi puerta. Me levanté extrañado y cubriéndome sólo con la toalla y por la mirilla veo que era Steven ya bañado. Le abro y me dice: “¿No quiere un mañanero?” “Creo que los mañaneros son en la mañana” le dije parpadeando los ojos de sueño. “Claro, me quedo acá con usted y le hago un mañanero a primera hora” dijo con una sonrisa “Pásale” le dije inmediatamente. Entró y cerré la puerta. Dormimos abrazados. Luego les cuento el mañanero.