Me follo a la mujer de mi amigo - Relatos Eróticos

Me follo a la mujer de mi amigo

... esta solo ha sido la primera sesión.

Me fui a duchar y durante el día lo hicimos 3 veces más, la última fue justo antes de que llegara mi amigo de trabajar, porque como buen amigo que soy, se la quería dejar bien atendida.

Y desde esa primera vez ya han pasado 2 meses, y durante estos 2 meses no hemos parado de hacerlo, como siempre tenemos 4 o 5 horas solos disponibles desde que yo llego de mi trabajo hasta que llega mi amigo.

Por eso cada vez que llego del trabajo me recibe con lencería, a veces desnuda, a veces con vestidos cortitos y escotados, con minifaldas, le he comprado trajes de colegiala, de policía, de enfermera, de secretaria para que también me reciba de esa manera.

Y es que no hay día que no le rompa el culo a la mujer de mi amigo. Excepto algunos sábados y domingos que no trabaja mi amigo, pero cuando nos tenemos ganas esos días, emborrachamos a mi amigo hasta que pierda la conciencia y nos follamos como locos, lo hemos hecho hasta al lado de él aprovechando su estado. Pero ese puede ser otro ...

... relato.

Y la verdad es que mi amigo está mucho más tranquilo y feliz, ya que me dice que ya no tiene tanto miedo a perder a su mujer porque cuando lo hacen Alexandra ya no le pide que le de por atrás... (Lo que no sabes es que ya no se lo pide porque yo con tantas ganas sacio esa necesidad en Alexandra) aparte me ha comentado que su relaciones sexuales se han vuelto mas intensas (quizá sea porque cuando se la folla ella esta pensando en mi polla).

Pero todos estamos felices. Mi amigo se siente más seguro, yo feliz porque también estoy disfrutándome a su mujer que está buenísima y que cualquiera quisiera tener en su cama.

Ella está super feliz y sobre todo complacida por los 2... Ella siempre me dice: José debe estar orgulloso de tener un buen amigo como tu. Ya que complaces a su mujer en lo que él no puede hacer.

Mi periodo de trabajo en Barcelona solo es por 5 meses... Pero estoy moviendo cielo y tierra para quedarme fijo en esta ciudad, porque ni de coña pienso dejar de llenar ese culito cada día de mi leche.