1. El premio


    Fecha: 17/01/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos

    ... colchoneta y un televisor en medio de la habitación, donde obviamente dormía. Y, por lo que parecía, tampoco lavaba las sábanas muy a menudo.
    
    Estaba sentado, vestido solo con sus sucios jeans, viendo la televisión y bebiendo una cerveza, y yo me recosté en la colchoneta cerca de él, de manera pausada, cuidadosamente evitando pensar en cuántas chicas se había cogido en este mismo lugar. Me estaba volviendo loca, pensando en el hecho de que yo era sólo una entre un gran número de sus "putas", queriendo creer que era mejor que ellos, a pesar de todas las pruebas en contra. No era solo una zorra al azar, buscando una verga. Estaba segura de ello.
    
    Alucín: "Sigues aquí? ¿No llenas?"
    
    Yo: "Pensé… que… Que tal vez podríamos hablar un poco".
    
    Él solo sonrió y ni siquiera apartó los ojos de la televisión.
    
    Alucín: "¿En serio? ¿De qué hablaríamos? ¿De cuánto disfrutaste que te metiera la verga? Si crees que eres una buena niña, hija de papi, deberías irte ahora, antes de que te vuelvas a ser una perra en celo de nuevo, hambrienta de verga".
    
    Yo: "No soy como las otras que has traído aquí, No soy una puta cualquiera".
    
    Alucín: "Abre las piernas, puta"
    
    Instintivamente, como si tuvieran vida por sí mismas, mis piernas hicieron lo que me pedía. La toalla se abrió fácilmente, mientras le mostraba mi desnudo coñito, tan expuesta como una mujer puede estar ante un hombre.
    
    Alucín: "Es posible que no hayas sido una puta hoy por la tarde, y claro, puede que no lo seas ...
    ... mañana, pero ahora mismo todo lo que quieres es una verga".
    
    Una vez más, me estaba sonrojando intensamente por la vergüenza y el deseo. Por la forma en que había obedecido instintivamente su orden, abriéndome a él sin pensarlo dos veces, y porque tenía razón. Quería que me culeara, aquí y ahora, en este sucio colchón. Para mi disgusto, ni siquiera había movido los ojos de la televisión. Cualquier otro hombre habría tenido sus ojos atraídos hacia mí como un imán; para él, era solo una putica más: no tenía nada de especial, era una en un millón.
    
    Cuando no mostró signos de moverse, o incluso de quitar su atención de la televisión, retire totalmente la toalla, exponiendo el resto de mí.
    
    Yo: "¿Por favor?" en voz baja, demostrando sin lugar a dudas que tenía razón.
    
    Todavía no apagó la televisión, pero se levantó, se desabrochó y bajo los pantalones para unirse a mí en el apestoso colchón. Mi último pensamiento coherente, antes de ceder al placer cuando entró en mí, fue esperar que se hubiera limpiado la polla después de follarme el culo.
    
    No sé a qué hora salí de su apartamento, pero de madrugada. El conductor del coche de alquiler parecía un poco nervioso por estar en este vecindario y se relajó visiblemente una vez que estuvimos a unas cuadras de distancia.
    
    Ni siquiera me molesté en ducharme cuando llegué a casa, solo me quité la ropa y me desnudé en la cama. Tendría que lavar las sábanas mañana, todavía estaba cubierta de su semen y sudor, sin mencionar mis propios ...