Un relato medieval
Fecha: 18/01/2025,
Categorías:
Otros Eróticos,
Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos
... carcajadas fuera de lugar, comentarios gruesos y mucho eructo. Incluso un tipo de prominente barriga, tuvo a bien dejar escapar alguna que otra ventosidad. Las criadas que atendían la mesa, tenían que aguantar las bromas y los tocamientos a discreción, una de las invitadas, sin modestia alguna, descubrió los pechos. Ana, fue invitada a comer. A su lado, se sentaba un hombre de largas barbas Sir Bart, amigo personal de su señor.
Al principio todo fue bien, incluso la chica pudo participar en la conversación cuando esta derivó hacia el mundo de la poesía. Sin embargo, borracho, aquel tipo ya no se mostraba tan civilizado y se encaprichó con la doncella. Ana aguantó algunos tocamientos, pero cuando el sujeto sacó el pene y empujó su cabeza para que lo chupase, se reveló empujándole. Sir Bart montó en colera y exigió que "aquella furcia" fuese desnudada y azotada. Ana, roja de indignación, estaba asustada y miró a su señor en busca de ayuda. Sir Fernand también estaba algo borracho, sin embargo simpatizó con la situación de la mujer y en un ataque más de celos que de caballerosidad, intervino.
—¡Basta! Ana, id a mis aposentos y esperadme allí.
Sir Bart protestó y exigió, pero Fernand no era de los que cambian de opinión.
El tiempo parecía pasar con inusitada lentitud mientras Ana esperaba la llegada de su señor. Aquel incidente era mucho más grave que otros y a buen seguro que la esperaba un castigo ejemplar. Estaba nerviosa, pero tenía que preparar una estrategia. ...
... Si algo tenía claro es que a su señor no le gustaban las medias tintas, las dudas. Diría la verdad y afrontaría lo que viniese.
Después de lo que pareció una eternidad, la imponente figura de Fernand apareció en la estancia. Ana se levantó en señal de respeto.
—Desnúdate.
La orden era clara y no dejaba lugar a la interpretación.
Ana, dócilmente, obedeció y quedó en cueros ante su señor.
Fernand observó el cuerpo desnudo que tenía ante él y su miembro bajo las calzas ganó en tamaño.
—¿Qué voy a hacer con vos? Tendría que azotaros por el bochorno. Decidme que se os pasó por la cabeza.
Ana tragó saliva, pero aguantó la mirada de Fernand y respondió sin dudar.
—Vuestro amigo se propasó conmigo. Aguanté que me tocase el culo y las tetas, atribuyendo el comportamiento al alcohol, pero lo de chupársela fue demasiado.
—¿Me la chuparíais a mí? —respondió Ferdinand pillándola por sorpresa.
Ana observó un prominente bulto en los calzones de su señor.
—Tenéis una erección. —dijo sin pensar.
Ferdinand dibujó una sonrisa difícil de interpretar y luego, rompiendo el encanto del momento dijo.
—Inclinaos sobre la cama.
Ana obedeció. Aquel hombre la iba a pegar de nuevo. La joven apretó el culo.
Su señor se acercó y arrimó su cara al de ella. Cuando habló el olor a vino llegó a la nariz de la chica.
—Relajaos. Necesito que estéis menos tensa para follaros. —susurró en su oído.
El rubor tiñó de rojo las mejillas de la doncella y una corriente se ...