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Mi sueño mas erótico
Fecha: 19/01/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Paola Paola, Fuente: CuentoRelatos
... la retiro. Él retira la mano y veo como mira fijamente lo que he dejado bajo ella. Lo mira extrañado, sin saber muy bien que es. De pronto siento como la bala vibra dentro de mí y aprieto mis piernas a la vez que se me escapa un pequeño jadeo. Le miró fijamente, mientras se dibuja una sonrisa maliciosa en sus labios carnosos al darse cuenta de lo que tiene en la mano. El camarero se acerca a la mesa y me tiende una de las cartas que lleva en sus manos. Mientras charla con él sobre si lleva el vino que le había pedido. No puedo evitar bajar la mirada, evitando los ojos del camarero. Me controlo como puedo. No sé si el camarero puede llegar a oír esa vibración. Aprieto los puños y levanto la mirada mirando a mi acompañante. Sigue sonriendo y pulsa de nuevo el mando. El camarero se retira. Resoplo al subir el ritmo y muerdo mi labio. Mis flujos mojan cada vez más mi tanga y me alegro de haberme puesto un vestido negro. El camarero se acerca, le muestra la botella y sirve nuestras copas. Nos pregunta si hemos decidido ya lo que vamos a tomar y siento como de pronto la vibración para. Nos miramos fijamente. Se nota mi nerviosismo. Se me escapa un suspiro. Me acomodo como puedo sobre la silla. Al mirar al camarero está sonriendo. Creo que me estoy poniendo roja… Bajo la mirada a la carta y le digo que solo voy a tomar una ensalada. Él le pide lo que va a tomar y seguido le tiendo la carta al camarero sin mirarlo. El camarero se marcha y ...
... nosotros charlamos un momento. Es un pervertido. Saber que tiene el control, hace que no pueda evitar sonreír y mirarme de esa manera. De pronto se activa de nuevo… jadeo al sentir como se mueve dentro de mí. Resoplo y me muerdo el labio. Me muevo sobre la silla, intentando encontrar una postura cómoda. El camarero pone sobre la mesa la ensalada, no lo esperaba y subo la mirada mirándonos fijamente. Sonríe… Deja el otro plato sobre la mesa y mi acompañante sube el ritmo de la bala. Jadeo sin poder controlarlo. El camarero me mira y me pregunta si estoy bien. Como puedo, le digo que si… pero que siento mucha calor. El amablemente me dice que va a preguntar si puede bajar un poco más la temperatura del aire. Se retira y la bala sube el ritmo. Mi mano aprieta con fuerza el tenedor que tengo en la mano. Mis piernas se aprietan también. Sube un poco más… y más. No puedo evitar retorcerme de placer. Mi piel se eriza, un escalofrío recorre mi cuerpo. Mi respiración se agita por segundos. De pronto la bala se para y el camarero se sitúa a un lado de la mesa mientras me cuenta que ha bajado un poco el aire acondicionada para que estemos más fresquitos. Mi voz tiembla al darle las gracias. Por su forma de mirarme, siento que se imagina cualquier cosa de lo que está pasando allí. Para dar normalidad, como un poco de mi ensalada. Mi piel está húmeda, empiezo a sudar. Tengo la respiración acelerada y mi pecho se hincha con fuerza. Se me ve ...