Nuestro primer e inesperado trío (parte 1)
Fecha: 21/01/2025,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: MarcoAntonio94, Fuente: CuentoRelatos
... podía contenerme, metí mi mano por debajo de mi pantalón y comencé a masturbarme frente a esa vista.
- Ay que rico, eso es – ella lo tomó de los cabellos e hizo que su boca se bajara al cuello de ella, esa zona la vuelve loca – ahora bésame el cuello, despacio… si, justo así.
Ana hizo su cabeza hacia atrás, de modo que el cabello le caía por los hombros y espalda. Tomó las manos de él y las puso sobre sus costillas. Tenía los ojos cerrados de placer, ya no estaba en sí.
- Ahora puedes tocar, despacio y no saques nada – las manos de Fernando subieron a la base de sus pechos y se quedaron ahí un buen tiempo.
- ¡Ay dios mío, así! – ella frotaba su pelvis con más fuerza con lo que seguramente era el pene erecto de Fernando luchando por salir de su pantalón – baja un poco si quieres, querido. Si quieres dales un besito, pero no saques nada.
Eso ni era necesario, casi la mitad de sus tetas sobresalían del escote. Fernando las devoró como quien nunca ha posado sus labios sobre un manjar así.
De improvisto un espasmo recorrió el cuerpo de Fernando que lo obligó a doblarse sobre sí. Ana, para evitar ser arrojada por ese movimiento involuntario, brincó hacia un lado, cayendo al sillón con las piernas abiertas.
La escena era cómica y excitante. La cara de Fernando estaba tan roja como nunca lo había estado, doblado sobre sus piernas y con la boca abierta, tratando de asimilar el orgasmo que le habían producido sin tocarlo directamente. Ana estaba jadeando, sus ...
... piernas abiertas y la falda recorrida revelaban lo mojada que estaba su ropa interior, un bello calzón cachetero color rosa. Su cabello estaba revuelto y sus tetas a punto de desbordarse del vestido, que cubría los pezones, pero no el inicio de la aureola, que eran visibles. Su cara de satisfacción era la misma que hace cuando logra hacerme eyacular después de un intenso sexo oral. Mi querida mujer se estaba adentrando en los misteriosos caminos de la putería.
- Sácatelo – me dijo, mordiéndose su labio inferior.
- ¿Qué? – le pregunté.
No dijo nada, se arrodilló frente a mí, sacó mi polla del pantalón que ahora babeaba líquido preseminal y estaba con una erección incontrolable que la ponía de color morado. Ahora ella tenía esa cara que pone cuando está hambrienta de verga.
Se llevó mi pene a su cara y sin dejar de mirarme a los ojos lo lamió desde las bolas hasta el glande y de un movimiento lo introdujo por completo a su boca. Yo no pude contener mi gemido.
- Ahhh que rico, eres una pinche putita ¿verdad mi amor? – le dije mientras ella asentía con una sonrisa sin dejar de bajar y subir sobre mi pene – ve nada más, cómetela toda, mi amor.
En ese momento ambos reparamos en Fernando, que se había recuperado parcialmente de su orgasmo. Estaba viéndonos extasiado (la verdad es que ver a Ana mamando verga siempre es una imagen preciosa, no en vano trato de grabarla cuando lo hace) y se masturbaba por debajo del pantalón.
Ella y yo nos volvimos a mirar. Creo que ...