Los cuernos eran chicos, pero parecían enormes
Fecha: 27/01/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
—“Hernán me la vas a pagar”.
—“Epa, epa, no sé de qué me estás hablando”
—“De lo que hiciste durante la despedida de soltero la semana pasada”.
—“Y qué pensás que hice”.
—“Arnaldo y vos se fueron con mujeres, y por eso regresaste a media mañana”.
—“Que me fui con Arnaldo es verdad; también es cierto que regresé a media mañana, pero fue debido a la borrachera de él, que no sabía ni quien era y a la mañana temprano debía tomar un avión para empezar su nuevo trabajo en Brasilia. Lo acompañé, luego de bañarlo, lo hice dormir cinco horas para después despertarlo, darle abundante café y llevarlo al aeropuerto. Esa fue la farra, que por otro lado, ya te la conté”.
—“Eso contáselo a Magoya, que los vieron salir con dos mujeres”.
—“También es verdad, pero nos despedimos en la puerta. Bastante trabajo tenía con llevar casi alzado al borracho “.
—“No te creo”.
—“Lo lamento, pero así fue. Ahora, de dónde sacaste que nos fuimos acompañados”.
—“Me lo contó Rogelio, mi compañero de trabajo”.
—“Cagamos, porque ese personaje es un pelotudo muy importante”.
—“Puede ser pero dice haberte visto bailando acaramelado con una”.
—“Bailando sí, pero acaramelado no. O vio mal o está mintiendo deliberadamente. Por algo así sobre otro amigo es que nos distanciamos. Dentro de dos meses, cuando venga Arnaldo, podrás escuchar la voz de quien es incapaz de mentir, y eso te consta”.
Difícil convencer a quien quiere creer algo, salvo una evidencia ante la cual tenga ...
... que rendirse. Eso pasó con Rebeca, mi esposa desde hace ocho años con dos previos de noviazgo. Resulta justo reconocer que es una hermosa mujer, pues a su bella presencia acompaña una dulzura femenina que cautiva, lo que no le impide poseer un carácter firme y perseverante.
Nos conocimos ella con veinte y yo con veintinueve, y solamente con su mirada me dio vuelta como a una media. Cuando los socios de la empresa me vieron atado de pies y manos me pusieron como condición para continuar en la sociedad que, en caso de casamiento, debía hacer separación de bienes, y yo acepté.
Me costó lograr un trato cercano pues soy como el común de los mortales, ningún atractivo físico especialmente destacable. Nos pusimos de novios en la convicción de amarnos sinceramente y así seguimos hasta hoy. El chisme sin fundamento entró en el terreno fértil de los celos, cosa rara, pues la francamente atractiva es ella. Lo razonable hubiera sido al revés, es decir que yo la celara, pero la vida es así, tiene sus cosas incompresibles.
Como era de esperar esa espina enrareció algo la relación y periódicamente Rebeca trataba de sacar de mentira verdad mediante comentarios y preguntas. Como respondía con la coherencia del que es veraz no me preocupaba pero también se resintió la intimidad en calidad y cantidad. Para mis adentros me dije que debía ser paciente y dar tiempo al tiempo. Con la venida de Arnaldo llegaría la solución.
Unos diez días después, viernes, me avisó que esa noche saldría a ...