Los cuernos eran chicos, pero parecían enormes
Fecha: 27/01/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... cenar con sus amigas, algo que solía hacer con cierta frecuencia y yo aprobaba, pues ambos compartíamos la postura de cultivar las buenas amistades, que no necesariamente debían incluir a la pareja. Esa noche no tenía programa con mis amigos así que estuve leyendo y contestando correos para luego ver algún deporte por los canales de cable. Sería algo más de la una cuando la escuché entrar, y al mirarla note una expresión desconocida pero indefinible. Su saludo fue sin beso y el movimiento de sentarse sobre la cama fue lento, como no queriendo hacerlo. Por supuesto que la miré extrañado.
—“Te pasó algo?”
—“Sí, y no te va a gustar”.
—“Ya no me gusta la introducción, escuchemos el resto”.
Al mirarla vi sus ojos inundados.
—“Me vengué cobrándome lo que pensaba que me hiciste junto con Arnaldo”.
—“Entonces lamento decirte que te has vengado de algo que no hice y me has hecho pagar algo que no compré. Pero mucho más lamento que eso vaya a desequilibrar nuestro matrimonio, porque estoy convencido del sincero amor que nos profesamos”.
Ahora las lágrimas eran acompañadas por sollozos.
—“Lo más importante para mí es que estoy arrepentida y te pido perdón. Sabés que te amo, no quiero perderte, los celos me volvieron loca, y el solo pensar que me pudieras cambiar por otra me trastornó completamente”.
—“Qué lástima, porque el arreglo nos va a costar, a mí seguro que mucho”.
—“Por favor déjame que te cuente todo, necesito sacarme esto de adentro”.
—“Te ...
... escucho”.
—“La cena con las chicas terminó temprano, así que decidimos ir a la discoteca de la otra cuadra a tomar algo. Estábamos sentadas, charlando tranquilas, cuando se acercaron unos tipos invitándonos a bailar y entre ellos estaba Rogelio. No me pareció mal distraernos un poco bailando, además con un conocido. Pocas palabras cruzamos mientras nos movíamos sueltos. Cuando pusieron música lenta charlamos algo más hasta que soltó una bomba inesperada que me desequilibró. «Y cómo vas llevando los cuernos». Parecía que hubiera visto la herida y le estaba echando sal para que arda”.
—“Pega con sus antecedentes”.
—“Por supuesto que si ya estaba mal por los celos que sentía, me puse peor, y la sensación de haber sido engañada potenció el ansia de revancha que, él parece haber percibido y de esa manera iba bajando paulatinamente las defensas. Cuando me dijo «Bailaban tan pegados que ni un pelo hubiera ingresado entre ellos», cometí el primer error y, con la mente nublada, me pegué íntegramente a él preguntándole si era así. Sus manos en mis nalgas refregando mi pelvis contra la suya fue la respuesta”.
—“Al margen de la bronca y asco que me producen las actitudes de los dos, debo reconocer el tipo sabe cómo conseguir lo que busca”.
—“Es verdad, me envolvió porque se dio cuenta que iba lista para ser envuelta. Dejar que me apoyara el miembro no fue tanto por excitación sino porque sentía que el dolor de sentirme traicionada abandonaba mi cuerpo para trasladarse al tuyo. ...