1. Patio de medianoche


    Fecha: 30/01/2025, Categorías: Confesiones Autor: Mement0, Fuente: CuentoRelatos

    Llevaba noches de mucho erotismo y calentura. Me la pasaba viendo videos pornográficos para apaciguar la humedad y la sensación de poca saciedad de sexo.
    
    Descargué una conocida aplicación para celulares, que comenzó siendo utilizada en mi país para potenciar encuentros homosexuales, y terminó utilizándose para venta de todo tipo de drogas, sexo, sexting, entre otros. Pasé varios días chateando sexualmente con al menos tres o cuatro hombres. Me enviaban audios exquisitos, videos de sus masturbaciones mientras yo enviaba mis tetas apretadas contra mi cama. Mi tanguita a medio correr, mis tetas a medio descubrir (110cm de puro bamboleo), enviaba audios comiendo y terminaba en la madrugada exhausta, pero no saciada.
    
    Una noche, en que aún no podía conciliar mis ganas de encontrarme salvajemente con alguien, comencé a buscar algún contacto que pudiera venderme unos cigarrillos (de los que te hacen sonreír). Era una noche de verano, y se sentían alrededor de 20 y tantos grados, a eso de las tres de la mañana. Mi aplicación no dejaba de sonar en notificaciones de antiguos chats y chicos que deseaban seguir sexteando conmigo. Hasta que un mensaje llamó mi atención, un chico de 20 y algo me ofrecía compartir un poco de marihuana, sin compromisos, ya que él vivía cerca y buscaba alguien con quien compartir. Me arriesgué y le di mi dirección para que me esperara fuera de mi pasaje.
    
    En ese entonces, vivía de allegada en la casa de mis tíos, quienes dormían profundamente a esas ...
    ... horas de la noche. Me escabullí por la casa y salí silenciosa, el chico ya me esperaba en la esquina. Nos saludamos y caminamos un par de cuadras más abajo a otra villa, a unos diez minutos de mi casa. Me dijo que pasáramos directo a su pieza, ya que en su casa vivía de allegado un tío el cual dormía en el living. Entramos de la mano rápido, a oscuras y directo. Su pieza con colores neón me sorprendió y tenía un poco desordenado para mí gusto, pero venía ya tan mojada que no podía esperar.
    
    Una vez que cerró la puerta y piso pestillo, nos miramos fijamente, agarré su polera y lo tiré bruscamente encima de mi cuerpo. Quedé entre él y la puerta, apretados. Comenzó desesperadamente a tocarme la cintura metiendo sus manos bajo mi polera, mientras nos besábamos frenéticamente y si lengua pasaba por mi cuello, sus manos subieron y me agarraron las tetas firme a palma abierta. Me embistió contra la puerta tres veces mientras continuaba tocándome y besándome el cuello, comenzó a bajar por mis tetas, movió mi sostén y dejó al descubierto mis mejores atributos. Desesperado lamía mis pezones mientras sus manos no podían abarcar el total de mis pechos, todo esto mientras sentía su miembro durísimo bajo sus jeans.
    
    Lo empujé hacia la cama y a lo que vinimos, sacó mi pantalón, saqué su miembro del suyo y rápidamente pusimos un condón hasta que me lo metió acostados en su cama. El bamboleo y el movimiento frenético mientras me penetraban hacía que sonara toda la pieza. Sus papás estaban ...
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