1. Patio de medianoche


    Fecha: 30/01/2025, Categorías: Confesiones Autor: Mement0, Fuente: CuentoRelatos

    ... arriba y su tío en el living durmiendo y aun así su cama rechina haciendo obvio lo que allí estábamos haciendo. Me lo metió una y otra vez mientras repetía lo deliciosa que estaba y que no comprendía cómo pudimos encontrarnos de forma tan fortuita. Yo más fría de mente solo lo cabalgué fuertemente, hasta que su miembro sonara al chocar con mi vulva mientras me penetraba y sentía como su respiración se hacía más y más imposible. Terminó por ponerme en cuatro en su cama y embistiéndome suave y salvajemente lo hice terminar pronto.
    
    Una vez concluido el acto fue a dejarme a mi casa, siguió hablándome por el mismo chat varios días, no siempre quise contestar para no crear falsas expectativas. Pero el primer encuentro me dejó algo más saciada y con los días, mis ganas volvieron. Si bien nadie me había visto salir en secreto, tenía miedo de que me agarraran saliendo a las tres de la mañana, por lo que me rehusé a un par de encuentros más.
    
    Una semana después y con el chico escribiéndome a diario, comencé a tocarme una noche viendo videos mientras chateábamos, el chico deseaba demasiado volver a verme y reconoció que incluso se paseó por mi pasaje un par de días a ver si lograba verme. Me pedía solamente que si tenía ganas, las descargara con él, pero yo no quería volver a su casa con la obviedad de que todos nos escucharan. Seguimos chateando y entre las fotos de su miembro erecto y sus audios, comencé a calentarme de forma frenética y a querer arriesgarme a otro tipo de ...
    ... eventos. Eran las dos de la mañana, sabía que en media hora mis tíos se acostarían y caerían rendidos producto del trabajo en su negocio, mientras yo en la pieza chateaba y me toqueteaba la vulva enviándonos fotografías, audios y videos calentones jugando con mi tanga, su miembro, mis senos apretados al sostén, mi cola levantada y su voz calentándome entera.
    
    Se dieron las tres de la mañana y mi amigo me había calentado por una hora sin parar por medio del chat. No iba a ir a ningún lado si yo no le daba la orden. Rogaba por vernos y yo rogaba por follar duro. A las tres y media de la mañana ya completamente mojada y desesperada por qué me lo metieran, lo cité en la misma esquina de mi pasaje, solo que está vez el riesgo lo tomé yo. Le proveí del silencio que necesitaba para este encuentro y que no era dueña de la casa donde vivía por lo que necesitaba discreción, mi amigo accedió de buena gana.
    
    Tomé su mano y me besó en la boca, el pasaje estaba completamente oscuro y sin rastro de fiestas o vecinos en la calle. Di vuelta la a la llave de la reja principal lo más silencioso que pude. Mi patio constaba de dos arbustos grandes y un pasillo pequeño en forma de L (ele). En el último costado, había una máquina para congelar carnes, del negocio de mis tíos. En ese rincón, era fácil divisar hacia afuera puesto que no había árboles ni arbusto alguno.
    
    Entramos y el chico comienza a abrazarme por la espalda mientras me lame mi oído y toma mi cintura. Me lo hubiera follado allí mismo ...