1. Mi esposa argentina (parte 1)


    Fecha: 06/02/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Lanfasone, Fuente: CuentoRelatos

    ... inteligencia, pero el hecho de mi timidez de siempre y tal vez porque ella era psicóloga o por esa labia que tienen en general los argentinos o por alguna inseguridad mía, no lo sé, pero me parecía que era ella la que siempre marcaba el ritmo y el tono de las cosas.
    
    No desde una postura agresiva, sino con una dulzura extrema mezclada con sentido del humor.
    
    — Pero no seas boludo tontito— me decía porque yo le insistía que me hablara así con deje argentino
    
    —Claro que me encantó, no te diste cuenta— su cabeza en mi pecho, sus tetas increíbles aplastadas en mi abdomen, las montañas blancas de su culo al alcance de mi mano.
    
    — Pero ¿has llegado a correrte la última vez?— le pregunté, ella me miró con una sonrisa de ternura
    
    —Que tontito que sos, no importa que no haya acabado, que no me haya corrido, esa es una fantasía de ustedes la de tener el poder sobre el orgasmo de la mujer, yo disfruto con vos más allá de tener un orgasmo o no; porque me gusta todo de vos, todo.
    
    Y luego me besó y después fue bajando por mi cuerpo y me hizo una mamada increíble, pasándome la lengua por los huevos, su melena rubia con tintes rojizos y castaños subiendo y bajando sobre mi polla, haciendo que me corra en su boca, tragando toda mi leche, mi mano aferrada a una de sus tetazas, mirando extasiado sus muslos musculados sus piernas flexionadas.
    
    Pero… el tema es que no lograba ver colmada mi fantasía de dominarla completamente, por más que a veces ella se corría con su cara ...
    ... enterrada en la almohada mientras yo la follaba por detrás, mientras se masturbaba el clítoris, por más que el sexo con ella era mejor que todo el que había tenido yo hasta ese momento, por más que estaba enamorado y Fernanda era de una belleza acojonante, había una suerte de fantasía primera que no llegaba a satisfacer.
    
    Por ejemplo una de las primeras veces que la follaba por detrás le di un azote en el culo y entonces ella me dijo —No Carlos no por favor— y por supuesto ya no lo volví a intentar.
    
    Otra vez le pedí correrme en sus tetas y ella me dio el gusto ofreciéndomelas, juntándolas con sus manos, con sus dedos largos y finos sosteniendo sus hermosas tetas y luego mi leche estrellándose en ellas.
    
    Pero a pesar de la sonrisa final con que dijo voy a limpiarme pude notar en su mirada como aquello no le había gustado del todo y por otro lado yo también noté en el momento que estaba a punto de correrme que algo había cambiado en su cara, que por un momento había perdido ese control sobre las cosas que siempre tenía, que por un lado mi fantasía parecía cumplirse pero a la vez me asustaba un poco esa expresión en su cara que no conocía, como si por un momento hubiese estado con una desconocida.
    
    Así pasaron los seis primeros meses de matrimonio y fue entonces que Javi un amigo de la universidad y que era médico en Valencia me escribió. Javi era un tío muy moreno, algo pequeñajo aunque de complexión fuerte, muy extrovertido y hablador que siempre me había divertido mucho con ...