Cuando se ama es el corazón quien juzga
Fecha: 09/02/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... sed.
—Por el momento, quiero intentarlo. No puedo vivir con este desasosiego constante. No puedo más.
—Creo que son tus prejuicios los que no te dejan avanzar.
—¿Crees que esto es avanzar? —se quejó. —Para ti es fácil decirlo. A ti no te ata nada ni nadie. ¿Crees que puedo continuar así y seguir mirando a mi marido a la cara por las mañanas?
—Pues déjalo y vente conmigo.
—A ti no te quiero.
—Pero sí que me buscas para follar. Todo no puede ser en la vida, Claudia. La pareja perfecta no existe y creer lo contrario te hará más daño que bien. Muchas veces caemos en la creencia de que el amor todo lo puede, o que todo es por amor y eso no es así. ¿Por qué no disfrutas de ese don que se te ha dado y dejas ya de lamentarte tanto?
—No me sermonees con tu psicología barata. Para ti es fácil. ¿Qué tienes que perder? Absolutamente nada. ¿Crees que mi ninfomanía es un don? Para mí desde luego no lo es.
—¿Qué quieres de mí Claudia? ¿Si tan mal te sientes por qué me buscas?
—He venido a despedirme.
—¿Seguro? Podrías haberlo hecho por teléfono, o mañana en el hospital, pero aquí estás.
Claudia intentó contradecir su argumento, pero no pudo.
—¿Qué sientes cuando te cruzas con Iván en el hospital?
—¿Qué quieres que te diga? Nada. Eres tú quien quiere mantener encubierta esta relación. Si quisieras, mañana hablaba con él, pero tienes que saber qué deseas, puesto que tienes un problema que ni tú misma sabes cómo resolver. Yo te doy lo que no te da él ...
... y él te da lo que no te doy yo, pero tampoco eso te satisface. Sigues aferrándote a la idea de que todo irá sobre ruedas si me dejas y sabes que no va a ser así.
Reconoció que tenía razón. Amaba a Iván, pero sus exigencias superaban con creces esa adoración. ¿Se podía ser feliz con la persona a la que se amaba, pero sustituyéndola en los momentos de pasión? Era evidente que no. Su situación comportaba un dilema importante difícil de resolver, no obstante, había dos maneras: seguir ocultando su doble vida, o dejar al amor de su vida. Tanto una decisión como la otra no conducía a la felicidad, dado que, en una y en otra continuaría existiendo una carencia de diferente naturaleza, y viendo su congoja, Cristian le hizo mirarle de frente virando su rostro con la mano.
—¡Quédate esta mañana! No tienes por qué tomar esa decisión ahora. Date tiempo.
Claudia lo miró, sintió su mano en la zona erógena del cuello y se dejó llevar de nuevo por las sensaciones, abandonándose al intercambio de saliva del pasional beso. Sus pezones respondieron al beso queriendo perforar la fina prenda y el contacto entre los labios se tornó más apasionado llevando a que el desenfreno tomase las riendas de las suaves caricias.
Claudia paseó su mano por la espalda desnuda de él con impaciencia. Ambos se deshicieron en pocos segundos del estorbo de la ropa con la acelerada ansiedad de dos primerizos, y ante la manifiesta torpeza, ella terminó de quitarse las bragas para inmediatamente abrir sus ...