1. El profe (capítulo 5. Final)


    Fecha: 27/02/2025, Categorías: Hetero Autor: Jcasf, Fuente: CuentoRelatos

    ... con unos bocaditos que guardaba. Mientras me hablaba había logrado distinguir que ella había bebido y eso no ayudaba a que se calmara, pero tal vez el café si lo lograse.
    
    Encendí una lámpara y le puse las cosas en la mesa de centro, acercándosela para que pudiese tomar y comer con comodidad. Con cuidado la destapé e hice sentarse. Allí pude ver su mejilla enrojecida, testigo del golpe que le habían propinado esa misma noche.
    
    Mi parte de abogado emergió.
    
    —Vamos a la comisaría, tenemos que denunciarlo, un médico te evaluará y debes contar todo lo que ha ocurrido, te ayudaré a ordenar tus ideas y así podrás hacer justicia con ese canalla.
    
    Ella cerró los ojos y volvió a ponerse a llorar.
    
    —No puedo hacer eso, él o sus amigos me harían daño, y dependo totalmente de él —me contestó.
    
    —Ahora estás conmigo, yo te cuidaré, pero algo tenemos que hacer —le dije muy serio, pues no deseaba que todo ello quedase impune, en tanto que ella negaba con la cabeza, dejando caer aún más lágrimas.
    
    —Te contaré algo para que entiendas mi problema.
    
    Y me contó muchas cosas de su vida, de malos tratos, de cómo escapó de casa cuando ese joven la enamoró y le prometió ayudarla a estudiar, con un buen inicio, con ciertos lujos, algunas veces él se ponía violento, pues no siempre sus “negocios” le salían bien, ella no entendía, hasta que entendió. Tenía por novio a un traficante de sustancias tóxicas, mejor dicho, el abastecedor, los pequeños vendedores le compraban a él, y él ...
    ... compraba a alguien más grande.
    
    Daniela no era ninguna tonta, y sabía que estudiaba derecho por recomendación del novio para que lo ayudase ante problemas que pudiesen surgir, pero no esperaba que poco a poco él se hiciera más lejano, más violento y desconfiado. Lo peor había sido cuando él volvió de un viaje, no la encontró y uno de sus “amigos” le dijo que pudo verla salir de cierto departamento.
    
    A veces uno goza sin saber de los problemas de los demás. Por ello me prometí ayudarla.
    
    —Tranquila bebé, ya verás como todo se solucionará.
    
    —Gracias profe, de verdad gracias.
    
    Y allí, con la manta medio caída, mientras ella sorbía un poco de café y se llevaba una galleta a sus carnosos labios, con mucho cuidado de no hacerle daño me acerqué y besé su mejilla, besé sus lágrimas y sus ojos pues no quería que siguiera llorando. Ella no lo merecía.
    
    Volteó y me besó, nuestras lenguas se juntaron, con el sabor a café y whisky de la noche reciente.
    
    Quise quitarle el vestido, pero ella me detuvo la mano, levantándose con cuidado se arrodilló en el piso frente a mí mientras que con sus manos me abría el pantalón, mi verga ya había tomado vida, así que sacarla no le fue difícil. Se agachó y empezó a mamarla, la dejé hacerlo mientras mi cabeza bullía de ideas. Le contraría una solución al problema, aunque tuviese que molestar a viejas amistades, o a nuevas amistades, muy nuevas amistades en realidad. En mi mente ya iba articulando cómo todo se resolvería, mientras mi falo recibía ...
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