1. El profe (capítulo 5. Final)


    Fecha: 27/02/2025, Categorías: Hetero Autor: Jcasf, Fuente: CuentoRelatos

    ... caricias de mi pequeña a la que protegería, prometiéndome que nadie más la volvería a hacer llorar.
    
    Ella estaba entregada a ensalivar mi pinga, se la sacaba, lamia los lados, abajo, y volvía a metérsela, en una de esas tomé mi verga y le di sus pequeños golpecitos en la cara. Ya había parado de llorar, y el contacto con mi virilidad la hizo sonreír.
    
    La levanté, pues quería penetrarla, y cansarla para hacerla dormir tranquila, nuevamente intenté levantarle el vestido, pero ella me detuvo. En cambio, se giró dándome la espalda y levantó la falda lo suficiente para que sus nalgas quedasen libres, así se fue sentando y se ensartó solita, soltando un gritito de placer en el proceso.
    
    Yo no tuve mucho que hacer, pues ella apoyándose en mis muslos subía y bajada el culito metiéndose entera la verga, saltando y volviendo a caer. Sentía que ella llevaba la fuerza de sus piernas al límite, y así, de salto en salto, viendo como ella con ese juvenil y hermoso cuerpo se ensartaba solo, hizo que me viniera en abundancia.
    
    Se quedó muy quieta, respirando con dificultad, echándose hacia atrás. Yo la recibí en un tierno abrazo. Ahora estaba caliente y llenita, le tocaba dormir. Ya más tarde le contaría mi plan.
    
    Poco a poco le saqué mi falo, sintiendo como mi leche se iba derramando. Normalmente me gustaba echar mi corrida encima de mi pareja, pero esta vez ella había hecho el trabajo sola, y se había ganado su premio. Así que, sin dejar de abrazarla la llevé a la cama, y ...
    ... acostándola de lado la hice dormir, mejor dicho, ambos nos quedamos dormidos. Con lo último de mis fuerzas logré cubrirnos con una manta, quedando finalmente abrazados.
    
    Cuando desperté estaba solo en la cama, la cabeza me martillaba un poco, y sentía algo de flema en mi interior, seguramente los primeros síntomas de una fea gripe bien merecida. Escuché el sonido del agua correr, seguramente Daniela se estaba duchando. Me senté en la cama y, luego de estirarme un poco, me encaminé a la ducha, para bañarme junto a ella.
    
    El baño estaba lleno de vapor, así que ingresé y cerré la puerta para evitar que el calor escapase. Al abrir la mampara para ingresar a la ducha ella soltó un gritito y tomó la toalla tapándose. Me sentí extrañado, ella nunca había sentido vergüenza conmigo. Como la toalla estaba empapándose cerré la llave y el agua caliente dejó de caer. Nos quedamos parados, mirándonos mientras el vapor se iba disipando. Ella miraba al piso, recordé su mejilla enrojecida y con cuidado la tomé del mentón y le levanté la carita.
    
    El hematoma en su mejilla era notorio, entre rojo y morado. Le tomé las manos y se las besé, ella cerró los ojos y dejó que le quitase la toalla. Su perfecto cuerpo tenía varias marcas, le habían jaloneado y arañado uno de sus brazos, pero la peor marca era un grande y feo moretón en sus costillas, poco más debajo de su ceno derecho.
    
    Lágrimas caían por sus mejillas y yo solo atiné a abrazarla y volver a abrir la ducha. Junto al agua caliente nos ...
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