Navidades Calientes 2
Fecha: 28/02/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: tinieblas, Fuente: RelatosEróticos
... Lo encendió y volvió, diciendo:
—No tengáis muchas cosas consumiendo. Las luces éstas de decoración y la chimenea servirán para alumbrarnos. No sabemos cuánto estaremos así. Usaremos el microondas para recalentar las sobras de ayer y poco más, ¿vale?
Me ponía bastante verlo actuar de líder. Siendo el macho con el que me casé. Pero también veía a un hombre con el que compartí la etapa más feliz de mi vida. Una etapa que ya había acabado.
—¡La estufa! —caí en la cuenta. —Vamos a helarnos.
—No, yo traigo más leña. —me dijo él. —Tenemos bastante. Eh... —se quedó pensativo. —traeré mantas, también, por si al final no es suficiente. A los niños no les digo nada porque estarán jugueteando y entran en calor rápido. —rieron unos cuantos, estando acojonados otros tantos.
Ahora, mi vecino sí que se revolvía.
—Le dejamos una lucecita dada. —dijo él. —Se moverá bien por el olfato pero no me gusta pensar que podría haberse quedado a oscuras.
—No, yo también le dejé la lámpara con pilas. —dijo ella. Entonces él le dijo:
—Oh, ¡cuánto te amo! —y la besó. Y no un piquín, sino de esos besos que, aunque sean cortos, se nota que hay pasión en ellos. Suspiré. Ojalá mi matrimonio se hubiera mantenido así. Ojalá...
Entonces mi mirada se perdió en Jack, que me guiñó un ojo y se relamió los labios, haciéndome sentir un pequeño subidón por tirarme encima de él como una fiera. Tenía treinta y seis años, pero él me hacía sentir como si tuviera diecisiete otra vez.
Reunimos ...
... pilas, baterías, mantas y batas viejas. Comimos y después nos reunimos frente a la chimenea. Las temperaturas comenzaban a decaer, así que nos obligaron a juntarnos para darnos calor.
Se produjo un momento de incomodidad. No sabíamos de qué hablar y no teníamos energía para encender la televisión. Bueno, sí, teníamos, pero no sabíamos cuánto duraría la situación.
De vez en cuando alguien tenía que ir al baño. Era lo único para lo que nos movíamos. Tiritábamos, a pesar de estar la llama de la chimenea al máximo, a pesar de juntarnos los unos con los otros. Afuera el viento parecía soplar más fuerte. Incluso los niños se habían hecho un hueco entre nosotros.
—Caaampana soooobre campaaaaana. —cantó Jack.
—¡Y sobre caaampana uuuuna! —continuaron por ahí.
—Ásomate a la ventaaaana. —cantaron más otras voces.
—¡Veeerás al niiiño en la cuuuna! —ya cantamos unos cuantos y yo.
—Belén, ¡campanas de Belén...! —cantamos ya todos al unísono. —Que los ángeles tooocan que nuevas nos traéis.
Reímos. De nuevo Jack entonó otro villancico, siendo continuado por los demás. Y así pasamos media hora, cantando, entrando en calor, medio deshidratándonos, dejando un olor a alientos mezclados en la habitación. Sí, estaban siendo unas navidades entretenidas. Habrían sido unas navidades completas si en lugar de haberme follado a Jack me hubiera follado a mi marido.
El viento siguió soplando. Hicimos un caldo de sopa gigante para todos. Una cena ligera. Y a las once ya estábamos ...