Turno de noche
Fecha: 09/03/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... enseñarte detenidamente todos mis tatuajes- Dijo mientras deslizaba sus dedos por encima de la camiseta de Iván. Él, totalmente anonadado, no abrió la boca.
Poco a poco, le fue mostrando y poniendo la mano de éste sobre la mariposa de la cintura, las estrellas sobre el pecho izquierdo, uno a uno los del brazo y finalmente, apoyó las manos sobre la mesa de escritorio de la recepción, arqueó la espalda y sacó culo para mostrar en todo su esplendor, de nuevo, el tatuaje de la cadera. Con los ojos inyectados en sangre, Iván al fin dijo:
- Ahora sí que me la has puesto dura de verdad- Y se sacó la polla a través de la cremallera del pantalón de trabajo.- Mira como la llevo.
Leyre se llevó una grata sorpresa, no es que fuera muy larga pero era realmente gruesa, rápidamente alargó el brazo para tomarla entre su mano derecha y empezar masajearla. Metió las manos más aún en el pantalón hasta acariciarle también los huevos. A su vez, él le metió la mano izquierda por la parte delantera del tanga para empezar a jugar con su vulva y clítoris, mientras la derecha, manoseaba el bonito y gran culo de Leyre cubierto solo por otra tira del tanga. Tras unos minutos en los que fueron subiendo de tono, Leyre volvió a hablar mirando a unos sofás que había en la recepción.
- Vamos ahí .- Le cogió de la mano y mientras hacían el trayecto, vino a su cabeza las veces que había fantaseado junto a su marido mientras follaban, con el hecho de probar otra polla, ya que por llevar desde tan ...
... jóvenes juntos, Arturo había sido su único amante y viceversa. Ahora bien, pese a haber fantaseado y su marido haberle dicho que le ponía muy cachondo pensar lo zorra que era por querer follarse a otro, ella nunca pensó que alguna vez lo pudiese o se atreviese a llevarlo a cabo.
Leyre se tumbó boca arriba y dejó que su compañero se acomodara entre sus piernas después haberse quitado también los pantalones y el calzoncillo, en otras circunstancias ese rabo tan gordo hubiera costado meterlo, pero estaba tan mojada que se retiró el tanga hacia un lado y al primer empujón se ensartó entero hasta el fondo. Notó su coño dilatado como nunca y eso le provocó un gemido. Entonces, él, comenzó a follarla fuerte y rápido mientras la agarraba con una mano de la cintura y con otra por el cuello. Lamía su pecho aún cubierto por el sujetador, pero pronto, Leyre se lo levantó un poco para que sus tetas apareciesen por debajo, rebotando hacia adelante y atrás. Entonces Iván lamió cada uno de sus dos pezones con rabia.
Después de unos minutos en los que habían sudado más que en toda la noche de trabajo, le tocó el turno a Leyre de esforzarse un poco más. Iván se levantó y se sentó en una de las sillas de recepción con el nabo bien tieso entre las piernas. Ella entendió el mensaje y se fue despacio andando hasta él, pasó por su espalda y se quedó de pie unos tensos segundos. Instantes después, dobló la espalda hasta dejar su boca a escasos cinco centímetros de la punta, dejó caer un hilo de ...