1. Situaciones morbosas


    Fecha: 09/03/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    Esto pasó hace escasos días, durante la última cena de navidad de mi empresa pero se venía fraguando desde este verano. Así que será mejor comenzar por el principio. Trabajo en una empresa de mensajería en la delegación de Sevilla. Durante la jornada laboral visito a multitud de empresas y oficinas lo que, después de varios años, hace que conozca a mucha gente. No es que haya confianza pues al fin y al cabo nuestra relación es meramente profesional. Algún saludo efusivo, bromista o simplemente cordial dependiendo de mi interlocutor.
    
    Entre las empresas de mi ruta tenía una gran empresa que recibía paquetería a diario. Mi trato era directamente con el departamento de administración donde trabajaban unas 10 personas, entre recepcionistas, informáticos y administrativos. La mayoría eran mujeres por lo que, siempre que el volumen de trabajo me lo permitía, me tomaba un café. Siempre había alguna que se acercaba y daba más juego que otra. En especial Teresa, una cincuentona de muy buen ver que no perdía la ocasión para intercambiar bromas subidas de tono. Ella se sentía "protegida" por el resto de compañeras y siempre trataba de ruborizarme. Reconozco que alguna vez lo consiguió y era algo que me excitaba. En el lado contrario había otras mucho más discretas, mujeres que se camuflaban en la manada para reírse sin llamar la atención.
    
    Este verano, mi pareja y yo, pasamos una semana de vacaciones en la playa. Dejamos a los críos con los abuelos y disfrutamos de 7 días para ...
    ... nosotros. Uno de los días decidimos ir a una playa nudista. En nuestra juventud habíamos sido asiduos pero hacía años que no luciamos cuerpo al sol. Llegamos a medio día. La playa estaba con poca gente como suele ser habitual en la zona. Tras de un chapuzón nos tumbamos al sol, vuelta y vuelta. Después de un rato habíamos dormitando. El rumor de las olas rompiendo suavemente en la orilla. La leve brisa acariciando nuestra piel caliente bajo el sol. La sensación era de lo más agradable. Cuando despertamos comprobamos que había llegado una pareja. No prestamos atención, así que nos pusimos de pie y nos fuimos al agua. Nos refrescamos un poco y nos fuimos a pasear por la orilla.
    
    A la vuelta vi que la pareja vecina se dirigía al agua con lo que nos cruzaríamos en un punto determinado. Él era un tipo normal, metido en la cuarentena como yo, asomaba algo de barriguita, una incipiente alopecia y una polla estándar. Su cuerpo estaba cubierto de vello que si bien no lo convertía en un "oso" no era lo más estético para lucir desnudo playero. Ella era otra cosa. De nuestra misma edad, su cuerpo no estaba nada mal. Dos magníficas tetas que sin ser demasiado grandes estaban perfectamente proporcionadas en su metro sesenta, sin apenas barriga. Y un coñito cubierto por una morbosa capa de vello negro perfectamente triangulado. Su cara tenía una belleza discreta que, a medida de nos acercábamos, me empezaba a resultar familiar. No podía ser. En el momento en que nos cruzamos nuestras miradas ...
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