1. Situaciones morbosas


    Fecha: 09/03/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos

    ... mis tetas? ¿Y mi coño?
    
    -La verdad es que estás muy buena. Tienes un desnudo magnífico. Y yo te hubiese comido el coño también.
    
    Marisa suspiró. Se giró hacia mí y me agarró el paquete, que a estas alturas abultaba más de lo debido bajo mi pantalón:
    
    -¿Y ahora qué hacemos?
    
    Acerqué mi boca a la suya y la besé. Ella se dejó meter la lengua hasta dentro. Su boca sabía a alcohol, a morbo. Me agarró la nuca para apretar mi cabeza contra la suya:
    
    -Vamos a un descampado a follar. -Marisa estaba decidida a probar mi rabo.
    
    Salí del parking en el centro y en pocos minutos estaba en el campo de la feria, el recinto de la Feria de abril, donde cada fin de semana se acumulan coches de jóvenes parejas para follar. Aparqué y nos miramos. Marisa se tiró a por mí para besarme. Nuestras manos recorrían los cuerpos calientes y deseosos de sexo. La mano de la mujer manipuló la bragueta de mi pantalón para liberar esa polla que con tantas ganas la había dejado meses antes en la playa:
    
    -Joder, cabrón, vaya pedazo de polla...
    
    Marisa se recreó acariciando mi rabo. Su mano subIa y bajaba la piel liberando un capullo gordo, de color rojo intenso:
    
    -Cabezona como a mí me gustan, mmmm
    
    La mujer se inclinó sobre mi entrepierna y se la fue introduciendo lentamente. Sentía como se derretía en su boca. Con esfuerzo logro encajarla en su garganta. Su respiración era forzada cuando comenzó a sacarla. Se la sacó entera, tiró de la piel hasta dejar el capullo totalmente fuera. Luego ...
    ... escupió y comenzó una mamada brutal. Su cabeza se movía a una velocidad impresionante. Prácticamente me estaba follando la polla con la boca:
    
    -Sí, joder. Qué bien la mamas, hija de puta.
    
    La administrativa me miró a los ojos sin dejar de pajearme:
    
    -¿Te gusta como te la chupo? Me moría de ganas, cabrón.
    
    Durante 10 minutos la mujer se empleó a fondo. Pasaba la lengua desde los huevos hasta la punta. Me los comía al tiempo que me pajeaba para después cerrar los labios en torno al capullo y comenzar a metérsela dentro. Estaba recibiendo una de las mejores mamadas de mi vida. Mezcla de la técnica de ella y del morbo que me producía la situación. Era la primera vez que le era infiel a mi mujer.
    
    Antes de correrme paró. Se incorporó y, subiéndose la falda de cuero negra que llevaba, se sentó a horcadas sobre mi regazo. Reclinadno el respaldo le dejé espacio para maniobrar. De una manera muy sensual se quitó la camisa dejándome a la vista sus maravillosas tetas aún tapadas por un precioso sujetador de encajes negro.
    
    Con un hábil movimiento de dedos liberé las tetas que no dudé en comerme. Lamí sus pezones. Los succionés mientras con una mano pellizcaba el otro arrancando suspiros y gemidos de placer de Marisa:
    
    -Sigue cabrón, cómeme las tetas.
    
    Acaté las órdenes sin rechistar. Estaba impresionado con la actitud de esta administrativa que se mostraba tan recatada en la oficina. Nunca imaginé que fuera una fiera sexual. De repente me colocó las manos en el torso ...