1. La señora Sonia, observado por mi casera


    Fecha: 10/03/2025, Categorías: Confesiones Autor: jc2020, Fuente: CuentoRelatos

    ... puerta. Alguien ha entrado, se ha detenido a escasos centímetros, de donde yo estoy simulando dormir plácidamente. Mi verga por instinto fue creciendo, se fue poniendo erecta, seguramente ante los ojos de quien estuviese parada de pie, delante mío. Yo seguía con los ojos cerrados, sintiendo la mirada, sintiendo la presencia de alguien, no me animaba a despertar. No quería espantar a mi admiradora, dejaría que gozara un poquito más. Me rasque los huevos, en manera de seguir durmiendo aun, a ver si quizás se decidiese a moverse o decirme algo. Pero nada, yo seguía siendo observado.
    
    Al término de la película, que había escuchado ya finalizar, mi admiradora ya no estaba. Seguro se habrá metido en alguna habitación a quizás meterse algo, para saciar sus fuegos uterinos. Comprobando que ya no habría nadie delante mío, me dirigí a mi habitación, seguiría con el plan que había empezado. Tome mi portátil y me puse a ver una película porno por internet, esta vez, deje mi cabeza contra la puerta, así quien se asomara tras de ella, podría ver mi verga en toda su dimensión. No me costó mucho llamar la atención de mi ...
    ... observadora, ya que sobre las 11pm ya estaba en primera fila, mirando tras la puerta. Esta vez pude ver quien era en realidad, y confirmar mis sospechas de que alguien me estaba observando.
    
    Con los audífonos en mis orejas, mirando una escena porno de Julia Ann, empecé a acariciar mi verga. Empezaba a tomar forma, la quería poner dura, estaba tomando su grosor y tamaño habitual. El portátil a un lado de mi cama, mis manos pajeando mi verga, un poquito de crema, para hacer más placentero el sube y baja. Los 15 minutos que duró la escena, no me bastaron para alejar de mi puerta a la pequeña espía. Busque otra escena de la misma actriz. Esta vez intentaría correrme, tenía las ganas en el cuerpo, el morbo me podía más. Sabía que seguía tras la puerta, es que ni siquiera se había movido, seguía con una mano sujetando la puerta, y la otra metida en su coño, por encima de su ropa.
    
    Intentar voltear, para dejar al descubierto a quien estuviese mirando, lo pensé, pero también sería muy vergonzoso. Mi verga empezaba a lubricarse, me sentía muy cachondo, estaba muy excitado, quería correrme, pero quizá, aun no era el momento. 
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