Siempre creí que mi fidelidad era muy firme (1)
Fecha: 16/03/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: miaumiaumiau, Fuente: CuentoRelatos
... reprocharle el lenguaje irrespetuoso que esta usando conmigo. Pero en vez de eso acabe enloquecida. Y para no perder el equilibrio, tuve a agarrarme con ambas manos a esa chota que parecía de hierro.
Yo sabía que nada de esto alteraba mi firme sentimiento de fidelidad conyugal, ¿pero lo sabía él? Me parece que no. Creo que mal interpretó mi inesperado orgasmo y creyó que era un permiso para que él continuara abusando de mí. No es cuestión de que te cuente todo lo que me hizo, pero baste decirte que no hubo hueco ni agujero mío que su tranca no visitara.
Cuando nos citamos en esta misma confitería en que nos veríamos ahora, yo me sentí algo incómoda porque en otras mesas había compañeros de mi marido que me reconocieron y me miraban con sorna. A mi me dio bastante vergüenza porque supuse que ellos pensarían que le estaba siendo infiel a mi Rogelio. Pero no pude seguir prestándoles atención porque Fernando, con sus fuertes manos, había tomado las mías a través de la mesa, y atrapado mis ojos con los suyos. Y todo desapareció a mi alrededor.
Y mientras me las acariciaba sensualmente, comenzó a hablarme de un modo tan irrespetuoso y soez, recordándome las cosas que habían pasado entre nosotros aquella noche, y yo comprendí que él no había entendido que yo era una mujer fiel a su esposo. No sólo eso, sino que sus caricias y sus palabras fueron haciendo su efecto, y la vista comenzó a nublárseme. E inesperada, e ineluctablemente, tuve un orgasmo, muerta de vergüenza.
El ...
... japones parecía creer que tenía algún dominio sobre mí, lo que es un error de su parte, ya que yo soy una mujer muy fiel a su marido. Pero Fernando persistía en su error y pagando la consumición me sacó del lugar casi a la rastra, yo dando saltitos para acomodarme a su paso, mientras los conocidos de las otras mesas se sonreían. Yo lo seguí para evitar un escándalo. Y, no sé bien como, de pronto encontré que me había llevado a una pieza de hotel. Bueno, pensé, ahí podríamos hablar tranquilos.
Pero no, Fernando me bajó la cabeza hasta la altura de su bulto, y yo, comprendiendo la situación decidí que no era buen momento para discutir, y se lo comencé a chupar a través de la tela del pantalón. Este hombre debe haber interpretado mal mi gentil docilidad y buena disposición, porque se puso a repetirme que era una perra chupapijas, Yo recordé que estaba allí para aclararle sobre mi virtud marital, pero el sabor de esa verga tomaba toda mi concentración. Y sin saber bien como, acabe, teniendo que abrazarme a sus piernas para no caer.
Y Fernando peló su enorme miembro nippon fuera del pantalón y me ordenó mamársela. "A qué discutir", pensé yo y decidí esperar un mejor momento para hablar con él, y agarrándole la poronga con ambas manos, para que no saltara tanto, metí el glande dentro de mi boca y comencé a hacerle los honores. Debo reconocer que no me desagradó tanto, ya que su sabor a macho era muy rico. Pero él interpretó mi entusiasmo como agrado, y siguió llamándome puta ...