1. Siempre creí que mi fidelidad era muy firme (1)


    Fecha: 16/03/2025, Categorías: Infidelidad Autor: miaumiaumiau, Fuente: CuentoRelatos

    ... mamona y diciéndome que yo por una buena garcha me perdía, y que él me iba a dar poronga para que tuviera y guardara. A mi la respiración se me había acelerado, seguramente por los nervios, pero disimulé mis sentimientos y lamiendo y succionando esa maravillosa pijota. Hasta que vi que se venía. El primer chorrazo de semen se me fue directo a la garganta, pero no tuve tiempo de tragarlo completamente, porque vino el segundo, que se me desbordó por la nariz. Y el tercero me dio tan fuerte en la cara, que me caí de culo. Y ahí me siguió regando por toas partes, chorro tras chorro. ¡Nunca había visto tanta producción de semen! Y recordé la mucho más pequeña verguita de mi marido, y sus mucho menos abundantes chorros, y para mi sorpresa, me acabe otra vez en medio de temblores y estremecimientos, mientras me seguían llegando los chorros de Fernando.
    
    Pero cuando se acabaron los chorros de esta tremenda poronga aún seguía rígida. Esto me impresionó mucho, ya que mi Rogelio necesita al menos una hora u hora y media para reponerse. Estaba comenzando a sentir respeto, por ese japones.
    
    Así que cuando me ensartó con esa cosa tan gorda y dura, y me la hizo sentir hasta la garganta, luego de dos o tres enterradas volví a correrme, lo cual me dio bastante vergüenza. Pero, que remedio, esa tremenda tranca seguía moviéndose dentro mío, como si recién comenzara. Y siguió cogiéndome durante por lo menos quince minutos, en los cuales comencé a ver torbellinos de colores y en un estado de ...
    ... semi conciencia sólo era capaz de gemir, jadear y seguir recibiendo. En esos quince minutos juntó tanta leche como en el primer polvo y cuando en una enterrada final de su verga me hizo sentir como sus chorros me iban llenando, fue tanta la impresión por lo que estaba recibiendo, que me corrí en medio de jadeos y alaridos.
    
    Ahí sí sentí vergüenza, porque él iba a pensar que a mi me estaba gustando lo que me estaba dando. Pero no debía preocuparme, ¡el nabo seguía al palo! Y dándome vuelta como si fuera una milanesa me lo metió en el culo, sin pedir permiso ni nada. Claro, este muchacho parecía creer que con su polla era todo poderoso, y a mi me hubiera gustado darle una lección, pero estaba hecha un estropajo y no tenía con qué resistir a esa chota tan dominante. Así que dejé que me hiciera el culo a su gusto. Y yo empecé a pensar que en este japones había algo que me agradaba, quien lo hubiera dicho, lo viriles que son los nipones.
    
    Pero no era tan superhombre como parecía pretender. Cuando se descargó en mi culo, la cantidad no fue tan copiosa como las anteriores, apenas el doble o el triple de la que descarga mi Rogelito la primera vez. Y luego se quedó dormido, el pobrecito, y cuando se despertó yo traté de aprovechar para hablarle de mi fidelidad, pero no me dejó: me pidió que le chupara la polla y me picó la curiosidad: quería ver cuanto podría descargar ahora, y se la mamé con ternura y consideración, durante más de veinte minutos, hasta que se vino. Y fue bastante ...