1. El nuevo curso (IV)


    Fecha: 17/03/2025, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... al cuarto, pequeño, ligeramente desordenado y de paredes azul claro, Damián tiró de Enrique, quedando frente a frente. Soltó su mano y abrazándole por la cintura le besó nuevamente, descendiendo desde sus labios al mentón y por el cuello, pasando por la nuez de Adán y llegando finalmente al pecho, donde se desvió del centro para ir a por el pezón derecho, mientras acariciaba el izquierdo con los dedos.
    
    La textura rugosa de la aureola contrastaba con el duro botón de carne que era el pezón como tal, y con la piel suave y morena de alrededor. Los pezones de color cacao no tardaron en endurecerse hasta su límite, enrojeciendo en las puntas con un tono ligeramente carmesí que incitó a Damián a succionar, morder y acariciar con más ansia, escuchando los gemidos de Enrique que mantenía los dedos enredados en las ondas rojizas del joven. Pasando la lengua de uno a otro besó ambos y les acarició con los dedos, retorciéndoles cerca de la aureola para soltarles y volver a pellizcarles. Tiró de ellos con suavidad y después con más fuerza, hasta terminar presionando ambos contra el pectoral de Enrique que jadeó y le tiró del pelo, para mirarle a la cara.
    
    –Súcubo… –musitó entre jadeos, pero con una ancha sonrisa en el rostro.
    
    Damián le correspondió y sus hoyuelos se marcaron en toda su gloria. Enrique pensó que se derretiría y de su pene escurrieron un par de gotas de líquido preseminal que se filtraron en la toalla. Sin previo aviso Damián le empujo contra la cama, haciéndole ...
    ... caer boca arriba con una cómica expresión en la cara que le causó una risilla divertida. Mordisqueó su labio inferior y arrodillándose frente a Enrique le abrió la toalla, dejándola en el suelo a su lado. Enrique se relajó, ofreciéndole su duro pene con una mano mientras volvía a aferrarse a sus suaves mechones de cobre. Damián aceptó de buena gana el pene del joven y pasó su lengua por toda su longitud, ascendiendo desde los testículos hasta el glande.
    
    Agarrando el prepucio con los dedos terminó de retirarle, descubriendo el frenillo ante su lengua. Echó su aliento sobre la delicada piel expuesta y presionó con la punta sobre el pliegue de piel, moviéndola en cortos círculos y trazando formas sin sentido por el glande, hasta terminar en el orificio. Enrique gimió y se retiró con una sonrisa traviesa, desconcertando a su novio que le miró sorprendido. El joven reptó por la cama hasta quedar fuera del alcance de Damián que se apoyó en el borde de la cama.
    
    –¿Qué haces? ¿No quieres?
    
    –Sí, claro que sí, pero quiero probar algo nuevo para mí, si te parece bien –comentó notando como sus mejillas se encendían.
    
    Los ojos de gato de Damián relucieron con curiosidad mientras subía a la cama con su chico. Su cuerpo delgado se movía con elegancia y Enrique se distrajo contemplando al chico. Damián se tumbó a su lado y le agarró el pene, masturbándole con suavidad.
    
    –¿Qué quieres probar?
    
    –Un sesenta y nueve –dijo del tirón, completamente sonrojado, pero con la voz firme y ...
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