El nuevo curso (IV)
Fecha: 17/03/2025,
Categorías:
Gays
Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
... dedo, notando la resistencia inicial y como pasaba a relajarse al tiempo que Damián volvía a descender, invadiendo de nuevo su garganta. A pesar del grosor, su paciencia y cautela bastaban para mantener a raya las arcadas, por lo que cerró los ojos y disfrutó del sesenta y nueve.
Damián continuaba moviendo despacio las caderas. Sabía que podía entrar entero si tenía la paciencia necesaria, el problema era que las caricias de Enrique en su ano le distraían y le acercaban peligrosamente al orgasmo. Deseando distraerle apretó más sus labios y bajó despacio la cabeza hasta que pudo enterrar la nariz en los testículos del joven, que soltó un gemido ahogado y amortiguado. Aprovechando la distracción Damián movió algo más deprisa las caderas, haciendo que la garganta de Enrique se contrajese ligeramente, pero sin llegar a provocar el reflejo faríngeo. A los gemidos se añadió un ruido húmedo e inarticulado que animó al joven a moverse de nuevo, bajando hasta que casi tres cuartos de su longitud estuvieron dentro. Concediendo una tregua a Enrique salió por completo y se frotó contra su cara mientras seguía lamiendo, succionando y tragando su pene.
Aprovechándose de la pausa que le había concedido Damián, Enrique se apresuró a recuperar el aliento con rápidos jadeos intercalados con roncos gemidos. Antes de que su novio volviese a bajar las caderas lamió dos de sus dedos, cubriéndolos completamente de saliva. En cuanto Damián volvió a introducir su largo pene en su boca ...
... Enrique pasó los dos dedos por el ano de Damián y les metió despacio, acariciando las suaves paredes de su interior, ascendiendo hasta el recto. Rotando los dedos les engarfió y les presionó hacia el abdomen. Moviéndoles despacio prestó atención a la reacción del joven. Al estimular la próstata Damián perdió el control por un momento, propulsando las caderas hacia delante con más fuerza de la que tenía pensado en un momento. La reacción pilló desprevenido a Enrique, quien consiguió mantener la calma y la garganta relajada.
Los veintiún centímetros de Damián entraron enteros en la garganta de Enrique que se esforzó por respirar por la nariz. Damián sacó el pene de su novio de su boca y jadeando con fuerza mordió la piel del pubis y el inicio de los muslos, succionando después hasta dejar marcas del tamaño y color de un fresón maduro. Moviendo despacio las caderas comprobó que no podía moverse sin que los dedos que tenía en su ano le estimulasen también a él, y comprendiendo lo que Enrique había hecho se rio con suavidad, girándose para intentar mirarle, sin éxito.
–¿Quién es ahora el súcubo? –preguntó divertido y completamente excitado.
Intentando mantener un ritmo regular siguió moviendo su pelvis adelante y atrás, sin llegar a salir nunca por completo. Se humedeció los labios y volvió a tragar el pene de Enrique, cuyo glande rosado y caliente era una verdadera tentación para él. Apoyándose en una sola mano empleó la otra para masajear los testículos, apretándolos, ...