1. El nuevo curso (IV)


    Fecha: 17/03/2025, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... marcados. Una nube de vello ralo cubría su pecho y descendía por el vientre hasta perderse bajo el traje de baño. Al bajar la mirada, abrumado, vio que también tenía vello en las piernas. Debía de haber salido de su piscina porque, aparte del bañador, tan solo llevaba unas chanclas de cáñamo.
    
    –Damián, ¿ya has venido a pasar el verano?
    
    Aunque sólo había mostrado un cordial interés, lo suficiente como para no sonar descortés, Damián recordó lo muchísimo que le había costado articular una respuesta coherente, apenas un “sí” que escapó entre sus labios, tan bajo que casi era inaudible. Aun así Mateo se limitó a sonreírle, asentir con la cabeza y comentar algo con su abuela que no logró captar bien debido al zumbido que parecía haberse instalado en sus oídos a causa de la vergüenza. Ni siquiera recordaba haber terminado la comida, tan solo la mirada de leve interés que vio en Marco y como se había marchado poco después sin tan siquiera despedirse de él.
    
    Con un gruñido indefinido giró y se revolvió dentro de la envoltura añil en la que se encontraba. Su comportamiento los dos años siguientes había sido patético, rozando conductas más propias de una quinceañera frente a su ídolo pop que una actitud normal ante un viejo amigo de la familia. Cada verano desesperaba por acercarse a Marco, y cada verano se veía incapaz de hacerlo debido a su falta de confianza y al aparente desinterés de este. En algunas ocasiones, cuando coincidían en la piscina del hombre, habría jurado que ...
    ... le observaba con atención, pero se autoconvenció de que no eran más que sus fantasías desbocadas. Las mismas que, al menos tres veces por semana, le obligaban a masturbarse pensando en su vecino.
    
    La mayoría de las veces había conseguido controlarse, no ceder a las fantasías imposibles, pero aquellos días en que coincidía con Marco en la piscina su imaginación y sus hormonas se combinaban. Esas noches, ya tumbado en la cama, por su ventana entraba el olor a lilas, limón y cloro, y él cedía con gusto a las vívidas imágenes que se creaban tras sus párpados cerrados. En ellas siempre estaban Mateo y él a solas. En esas fantasías a veces era él quien tomaba la iniciativa, las más veces era su vecino. A pesar de lo prohibido de su relación ambos cedían al deseo, y mientras la fantasía se desgranaba en su cabeza su mano acariciaba su pene arriba y abajo hasta que su orgasmo le alcanzaba.
    
    Mientras cosechaba un éxito cada vez más rotundo entre sus compañeros de clase de ambos géneros, con Marco la cosa era diferente. En su carísimo instituto de pago podía conseguir a cualquier chico, siempre que fuese gay o bisexual; y más de una chica también se habría ido con él de haberlo deseado así. Durante ese tiempo su cuerpo se estiró hasta alcanzar una altura más que respetable de un metro ochenta y uno, aunque siguió conservando una cara ligeramente aniñada y con ella cierto aire de inocencia. Aunque en aquel tiempo no lo supiese, durante esos años de fantasear y soñar con Mateo había ...
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