El nuevo curso (III)
Fecha: 26/03/2025,
Categorías:
Transexuales
Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
... de su espalda, justo antes de unas nalgas redondas y prietas, sumamente firmes. Sus pechos eran grandes, pero proporcionados con su estatura, prietos en un top deportivo que no permitía que se balanceasen con sus movimientos. La cara aniñada mostraba una expresión de intensa concentración y sus ojos azules, tan claros que casi parecían grises, no se apartaban del saco. Carlo carraspeó ligeramente antes de exhibir su radiante sonrisa. La joven se sobresaltó ligeramente y se apartó del saco, manteniendo una postura ligeramente defensiva.
–Perdona, ¿necesitas usar el saco?
–No, he estado ahí un rato, soy monitor aquí, e tu sei la donna più bella che abbia mai visto2.
–No. –A pesar del tono dulce y suave de su voz traslucía una inmensa fuerza acerada.
Sus ojos azules parecían haberse convertido en estiletes de hielo. Sin decir nada más, ni dejarle añadir una sola palabra, se alejó con un andar sinuoso de modelo de pasarela. Damián se acercó a Carlo y le palmeó la espalda, compasivo. Una sonrisa divertida se asomaba a sus labios coralinos mientras se apoyaba contra el saco de boxeo recién abandonado.
–Te lo dije.
–No, no pienso rendirme. Es una mujer preciosa, ¿has visto cómo se mueve? Además, también tiene que ser muy fuerte. Seguro que levanta pesas. No pienso rendirme con ella, Damián. Es increíble.
Su amigo sacudió la cabeza de un lado a otro y se encogió de hombros. Lo que Carlo hiciese no era de su incumbencia, pero tenía casi seguro que no conseguiría ...
... nada. Aunque intentó no volver a tocar el tema, el italiano no cejó en su empeño por interrogarle, intentando obtener cada mínimo detalle que supiese sobre Talía. Damián esquivó cada una de las preguntas que le dirigió el otro, con su habitual facilidad para responder sin comprometerse. A pesar de ello, Carlo no pareció afectado por las evasivas.
Cuando regresó a casa, después de un día bastante tranquilo en el trabajo, buscó a la joven en redes sociales, sorprendido al no encontrar nada sobre ella. Parecía confirmar lo poco que había dicho su amigo: que no era especialmente sociable. La joven era todo un misterio, pero sumamente atrayente, por lo que no pensaba darse por vencido con tanta facilidad. Pensaba volver a intentar presentarse mañana, esta vez sin una manida frase de ligoteo en italiano. Con la cabeza llena de posibles escenarios de citas con Thalía se quedó dormido.
Desde ese día y hasta el inicio del curso no cejó de intentar acercarse a la joven, quien se limitaba a rechazarle una y otra vez cada vez de formas más contundentes, aunque no carentes de cierta creatividad. Carlo se sentía completamente dividido: jamás le habían rechazado así, en su vida, ninguna de las chicas con las que había ligado habían sido tan tajantes a la hora de darle una negativa, ni él se había arrastrado tanto por ninguna de ellas. No sabía lo que le pasaba, pero Thalía le tenía completamente embrujado. Pasaba las horas en el gimnasio obsesionado con el destello de una coleta rubia ...