Mis odiosas hijastras (14)
Fecha: 28/03/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... en donde estaba chorreando mi semen. Lo hizo como si fuera una actriz porno, mirándome cada vez que su lengua pasaba por los enormes senos y se impregnaba de semen que luego no dudaba en tragar, como disfrutando de la reacción que lograba en mí. Y ciertamente, estaba maravillado.
La ayudé a ponerse de pie. Se abrochó la camisa y se acomodó la falda.
—¿Será que van a pensar que seguimos cogiendo? —preguntó Valu.
—A estas alturas no creo que sea importante —respondí—. Pero lo ideal es que los dos tengamos el mismo discurso. Si nos preguntan, vamos a decir que no —agregué después.
…………………………………………………
Entramos juntos a la casa, por la puerta trasera. Pero ella fue por delante, casi a las corridas. Supuse que quería irse a dar una ducha. Yo me quedé un rato en la cocina. Se había cortado la luz de nuevo. Por lo visto iba a ser una cosa intermitente hasta que los de la empresa de electricidad arreglaran el asunto de una buena vez. Eso sirvió para sentirme levemente aliviado. Al menos había una cosa que podía patear para más adelante.
Escuchaba que las chicas estaban hablando en la sala de estar. Parecía que lo estaban haciendo animadamente, pero no alcancé a percibir hostilidad en sus voces. Traté de ordenar mis ideas, para entender en qué posición estaba exactamente. Primero tenía que dejar atrás lo que acababa de suceder con Valu, cosa ya de por sí difícil, ya que todavía tenía el sabor de su sexo en mi lengua, y parecía que mis manos aún sentían el tacto de su ...
... exuberante cuerpo, como si lo hubieran memorizado. Pero ya tendría tiempo más adelante para rememorar esa épica cogida. Ahora tenía que tener la cabeza fría. O al menos tenía que dejar de pensar con la verga por un rato.
En sí, no había hecho nada malo. Mariel me había metido los cuernos, por lo que, desde ese mismo instante, tenía derecho de hacer con mi vida lo que quisiera, y de acostarme con cuantas adolescentes lujuriosas estuvieran dispuestas a hacerlo conmigo. Si Valu era su hija, eran cosas del destino. Mi mujer no tenía derecho a reclamarme nada. En todo caso que arreglara sus asuntos con Valu, a quien en su momento le había hecho lo mismo: acostarse con una expareja de su hija.
Hice todo lo posible por convencerme de este razonamiento. Pero sabía que las cosas no eran tan fáciles. No podía olvidarme de que todo ese enredo sexual lo habían armado las chicas, y yo simplemente había caído en él. No obstante, sí había motivos por los que sentirme culpable y a la defensiva. Extrañamente, en ese momento me preocupaba más que nada cómo habrían tomado Agos y Sami lo que acababan de presenciar.
Ciertamente, había tenido un importante acercamiento con las dos. Pero imaginaba que cualquier sufrimiento que pudiera tener Agos sería más que nada porque su hermana le había ganado de mano. En cambio lo de Sami era más complejo. Sami me había dicho que me amaba. Y me había practicado sexo oral dos veces. Aunque no hubiera ningún compromiso entre nosotros, no podía ser tan ...