1. Me corro en tu polla, papá


    Fecha: 31/03/2025, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... garganta de Felisa. Luego Berta se sentó sobre la polla de su hermano y comenzó a follarlo mientras le comía el coño a su tía. Al rato Felisa le volvió a echar la mano a la nuca y le apretó la boca contra el coño. Berta echó la lengua fuera y Felisa movió la pelvis de arriba a abajo y de abajo a arriba cada vez mas aprisa hasta que se corrió en la lengua de su sobrina.
    
    Viendo cómo gemía al correrse y cómo le temblaban las piernas, le dijo Pedro:
    
    -¡Pedazo de corrida, tía!
    
    Fue, fue una corrida bestial. Al acabar de correrse se agachó y le comió la boca a Berta. Comiéndosela sintió que Berta se iba a correr. Dejó de besarla, le dio dos bofetadas y le dijo:
    
    -Somos más putas que las gallinas.
    
    Le apretó la garganta y la dejó sin respiración. Berta con la falta de aire y sintiendo la leche caliente de su hermano dentro del coño tuvo una corrida espectacular.
    
    La asfixia era el principio, pues poco después estaban desnudos en la habitación jugando a un juego aún más peligroso... Pedro con una cuchilla de afeitar le había hecho un pequeño corte en el cuello a Berta y Felisa, como si fuera una vampira le chupaba la sangre. Pedro tenía una barrita que al contacto con la herida cortaba la hemorragia y eso hizo al dejar de chupar Felisa. Luego se lo hizo en el cuello a Felisa y la que parecía una vampira era Berta. Para acabar se hizo un pequeño corte en las muñecas y las dos chuparon su sangre. A las dos les gustaba el sabor de la sangre. Las excitaba, las ponía perras ...
    ... perdidas. Al cortar Pedro la hemorragia de sus muñecas le dijo Felisa:
    
    -Te voy a follar hasta dejarte los ojos en blanco.
    
    Berta no quería ser la segundona.
    
    -Se los voy a poner yo.
    
    -¡Tú no vas a poner nada!
    
    Se calentaron, se calentaron, se calentaron y acabaron agarrándose por los pelos, revolcándose por la cama y escupiéndose. Tras una docena de escupitajos se miraron a los ojos y luego se comieron las bocas. Acto seguido Felisa se dio la vuelta, se puso encima de Berta y se comieron los coños.
    
    Pedro no se quedó de brazos cruzados, le levantó el culo a su hermana y le dio duro, poco tiempo, ya que en nada Berta dejó de lamer el coño de su tía, levantó la cabeza y le dijo:
    
    -¡Me voy a correr!
    
    Pedro la agarró por los pelos con una mano, la asfixió con la otra y Berta se corrió en su polla y en la cara de su tía cuando su hermano se la quitó del coño.
    
    Al ratito Felisa hizo que Pedro se echase sobre la cama y lo montó con la cara llena de jugos, Berta se los lamió y le magreó las tetas. Luego la besó mientras lo cabalgó, la besó hasta que se corrió cómo una cerda.
    
    Después de esto se vistieron pues el jefe estaba a punto de regresar del trabajo.
    
    El jefe, o sea, el padre de Berta y Pedro y hermano de Felisa era un cuarentón, moreno, alto y fuerte, se llamaba Basilio y era una persona recta. Desde que enviudara no se le conocía relación alguna.
    
    Aquel viernes por la noche Pedro y Felisa se habían ido con sus respectivas parejas a pasar la noche en un ...
«12...678...»