1. Cierra la puerta


    Fecha: 02/04/2025, Categorías: Gays Autor: superrapado, Fuente: CuentoRelatos

    ... avance.
    
    “Qué culo más rico tienes; está caliente. Se merece más polla”
    
    Empujó de nuevo.
    
    “Quieto, Ginés; te voy a dar tanto gusto como le di a mi hermano.¿Sabes que se corrió cuando se la clavé hasta los huevos? Me llenó la mano de lefa y yo le obligué a que se la tragara”
    
    De repente, me la hincó por completo, feroz, traidor, desalmado. Sus enculadas me doblegaban y humillaban.
    
    No opuse ninguna resistencia. Pero empecé a gemir con aquella confusión de placer y daño.
    
    “A ti también te haré tragarte la lefa. Tu lefa y la mía”
    
    No sé de dónde me llegó el rotundo placer que sentí bajo su fuerza y dominio. Pero no me resistí ni me interpuse. Dejé que me poseyera por completo y me corrí entre gritos, yo que procuro asimilarme al silencio. Algo visceral y animal que vivía agazapado en mi espíritu, se soltaba y bramaba por su libertad.
    
    Al poco, las manos de Santos me llenaban la boca con mi semen que me tragué con ansia de hombre sometido a cruel ayuno.
    
    Me volvió el rostro y me besó en la boca manchada de esperma.
    
    A la vez, sus caderas se movieron a un ritmo vertiginoso.
    
    “¿Te gusta que te dé polla, eh? ¡Contesta! ¿Te gusta?”
    
    “Mucho”
    
    “¿Quieres mi leche?”
    
    “Sí, joder, sí”
    
    “Eres un guarro. Te gusta el olor a meaos, te gusta comerte la lefa...”
    
    “Y que me des por culo”
    
    “Te la voy a estar metiendo toda la puta noche... toda la puta noche...”
    
    Su polla comezó a sacudirse vigorosa en mis entrañas inundándolas con su lechada.
    
    “Toda para ti, ...
    ... pequeño; toda, toda...” decía en tono de placentero delirio.
    
    Pese al orgasmo seguía follándome con la misma intensidad. Parecía que no le bastara o que no quisiera encontrarle fin.
    
    Terminó subido a mis espaldas, hundiéndome en el viejo colchón de ese camastro de años pasados, sudando, partiéndome, gozándome...
    
    “Toda la puta noche...” seguía diciendo sin para de clavármela.
    
    Pero un par de minutos después, saciado y exhausto, se derrumbó sobre mi cuerpo negándose a sacarme la verga y colmándome, cuello y hombros, de besos.
    
    Por fin nos relajamos y dejamos que el silencio cayese sobre ambos como una acogedora sábana de tacto refrescante.
    
    Me quedé adormilado. ¿Media hora? ¿Quizás más?
    
    Cuando desperté, no sabía donde me encontraba.
    
    Pese a la oscuridad, distinguí el cuerpo de Santos a mi lado. Estaba de costado y parecía observarme. Alargué la mano y le acaricié el rostro rasposo por la barba ya unos milímetros crecida a esa hora de la noche.
    
    “Me he quedado dormido” me disculpé.
    
    “Yo también. Parece que nos tenemos confianza pa dormirnos así. ¿No tienes ganas de mear?”
    
    “Bastantes”
    
    Abandonó el catre y abrió la puerta. La luz del pasillo me golpeó y la odié. Incluso odié la bocanada de aire fresco que entró con ella. Fue como volver a la realidad y sus miserias.
    
    “Vamos” dijo desde la puerta.
    
    Fui tras él por el escueto pasillo sin perder de vista su estupendo trasero peludo y sus espaldas anchas.
    
    Entramos en el baño, no muy grande.
    
    “Ven; ...
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