1. Cierra la puerta


    Fecha: 02/04/2025, Categorías: Gays Autor: superrapado, Fuente: CuentoRelatos

    ... culo. Y él, cuanto más gusto sentía, más se dejaba caer contra mí. Contra mi cipote mojao como nunca. Y yo, empitonao como nunca le...”
    
    Santos me frenó la mano de repente. Aunque algo de esperma se le escapó.
    
    “¡Joder, ni me he dao cuanta de que me venía!”
    
    “¿Te has corrido?” le pregunté.
    
    “Un poco”
    
    Busqué con la boca el semen vertido y lo lamí.
    
    También los huevos y la verga salvando la punta. No quería que se vertiera del todo. Esperaría.
    
    Me sentí feliz por tener la libertad de lamer la piel y los huevos de ese hombre en aquellas tinieblas. Y satisfecho porque me encontraba en pelotas a su lado y dispuesto a lo que quisiera.
    
    Cuando me sacié, me tumbé de nuevo. El se volvió hacia mí y me besó.
    
    “Sabes a lefa”
    
    “A tu lefa”
    
    Le di la espalda y empujé mi trasero contra su sexo. Le busqué la mano y la llevé hasta mi verga también empapada de seminal.
    
    “¿Quieres que te haga lo que le hice a mi hermano?”
    
    Guardé silencio. Pero me acurruqué cuanto pude contra él y noté la dureza de su pijo. Si no hubo palabras con su hermano, tampoco las quería conmigo.
    
    Santos maniobró hasta que la punta de su cipote se asentó sobre la entrada de mi culo.
    
    Me acariciaba los huevos y el perineo. Me los pringaba con su secreción.
    
    Tenía tentaciones de exigirle que me penetrara de inmediato. Pero me lo prohibí. Era su juego y sus recuerdos.
    
    Quise moverme y la primera presión seria de su polla se hizo efectiva. Comenzaba a invadirme.
    
    Juntó su cara con la ...
    ... mía.
    
    “Tienes el pijo muy duro” me dijo “Y si te la meto más... ¿se pondrá más duro? ¿Probamos?”
    
    Le besé como respuesta.
    
    Mi carne cedió otra vez con el empuje. Sus dedos acariciaban el lugar de la fricción asegurándose de que todo estaba en orden. Después se posaron en mi sexo.
    
    “Joder, sí; se te ha puesto aún más duro. Y se te escapa lefa. Toma, pruébala”
    
    Me metió los dedos untados con mi propia leche en la boca.
    
    “¿Te gusta, eh? ¿Te gusta lo que te doy? ¿Quieres más? ¿Te la meto más?”
    
    Otro impulso de sus caderas encajó su glande dentro de mí y sentí una punzada de dolor. Solté un estertor entre queja y ruego. Pero Santos me puso la mano en la boca sofocándolo. Quería silencio, como si en la casa aún estuviera su tía y pudiera oírnos.
    
    Mi fantasía con sus manos se estaba haciendo realidad.
    
    Me cogió una de las mías y la llevó hasta mi culo dilatado por la lenta penetración.
    
    “Acaríciame los huevos mientras te la meto”
    
    Se los tomé. Estaban sudados, como todo él, como todo yo.
    
    Comenzó a follarme despacio pero solo el tramo penetrado, sin ir más allá.
    
    Con una pierna enlazó las mías. Me tenía atrapado en cuerpo y deseo. “Cuéntame más de lo que ocurrió con tu hermano” dije cuando me quitó la mano de la boca.
    
    “Se la meneaba y él me sobaba los huevos. Entonces me tiró de los cojones como un bestia y mi picha le dio el primer puntazo serio”
    
    Imité la narración y le tiré de los huevos. Su polla me penetró un buen tramo. Me estremecí con el ...
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