1. Nuestro cumpleaños BDSM (tercera y última parte)


    Fecha: 02/04/2025, Categorías: Dominación / BDSM Autor: DominAma, Fuente: CuentoRelatos

    ... llamarme zorra. Te sentía feliz, y yo estaba feliz de estar a tus órdenes una vez más.
    
    Al rato me dijiste que ya estaba bien… que me iba a empozar bebiendo tanto, y me pediste que colocara la cabeza sobre tus piernas. Con agua y jabón me limpiaste la boca con poca delicadeza y, al terminar, me dijiste que haciendo una excepción me pusiera erguido, sobre mis patas traseras.
    
    Lo hice sonriendo, pero no te pareció una buena idea, porque me diste una sonora bofetada y me escupiste en los ojos.
    
    “¿Qué te hace gracia, perra?”.
    
    Bajé la cabeza y me dijiste que no me moviera. Comenzaste a envolverme en film con ese aparato industrial que nunca sé cómo se llama. Ibas rodeándome y ejerciendo presión sobre mí. Los brazos a ambos lados de mi cuerpo, bien pegados a mis caderas. Las piernas juntas, y la espalda erguida.
    
    Después de un buen rato, estaba completamente inmóvil. No podía mover ni un músculo. No sabía si también ibas a envolver mi cabeza en film como haces frecuentemente. Y creo que fue algo que cruzó tu mente. Pero me dejaste allí y entraste al salón, para salir con la máscara de perro de color rosa que habíamos comprado y que -por supuesto- era lo apropiado para ese momento.
    
    Antes de ponerme la máscara, me colocaste una mordaza roja de bola con agujeritos, cogiste mi teléfono móvil y sacaste del bolsillo de mis vaqueros los auriculares inalámbricos. Los colocaste en mis orejas y abriendo una canción cualquiera en Spotify te aseguraste de que estuvieran ...
    ... conectados. Yo contesté con un ladrido cuando preguntaste, y tú sonreíste con fuego en la mirada.
    
    Con los auriculares en mis oídos, colocaste la máscara de perro, de la que previamente habías cerrado la cremallera de los ojos y de la boca, con lo que de pronto dejé de ver, y solo escuchaba una canción de Eric Clapton. Pero al rato escuché el tono de llamada de mi móvil y tu sensual voz en mis oídos diciéndome:
    
    “Hola mi amor. Espero que estés cómoda con tu máscara de perra y enfundada en film para mí. Desde aquí fuera te ves muy guapa. Creo que sabes lo que toca ahora, ¿verdad? Ups… si no puedes contestar. Se me había olvidado que te había puesto la mordaza. Qué lástima… estarás tan guapa babeando para mí…”.
    
    Yo estaba muy excitado y a tu completa disposición. Perder cualquier contacto con la realidad salvo el puente que tiende tu voz, es como cuando le pides a alguien tirarse sin mirar por una ventana. Exige una confianza ciega en la otra persona. Y eso es exactamente lo que yo siento cada día, pero especialmente cuando te encargas de que te entregue mi cuerpo y mi mente, para que hagas conmigo lo que quieras.
    
    “Cariño, cuando te dé dos golpes en la espalda te vas a dejar caer hacia atrás poco a poco. Yo voy a sujetarte, pero no te preocupes porque por nada del mundo te voy a dejar caer, pero tienes que entender que así como estás, de pie, no me sirves de mucho. Afirma con la cabeza si lo has entendido, zorra”.
    
    Afirmé moviendo la cabeza y, al sentir los dos golpecitos en ...
«1234...8»