1. Mujer joven algo perdida


    Fecha: 12/04/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: MirassoMauricio, Fuente: CuentoRelatos

    ... documento nacional de identidad.
    
    —¡No te voy a decir cuál es! Quédate con las ganas.
    
    ¿Para qué pretender que éramos actores globales creíbles? Nos veíamos y escuchábamos creíbles, cuando actuábamos con el vicio de los conejos y la lascivia de los demonios de Tasmania; con la impetuosidad de los dogos argentinos y el acaloramiento de los filas brasileños; con el desenfreno de los gatos y la desinhibición de los gorilas; con el frenesí de los guepardos y el celo de las hormigas; con el deseo de los jaguares y el arrebato de los leopardos; con la inmoralidad de los leones africanos y la libidinosidad de los ñandúes; con la fogosidad de los ñus y el delirio de las panteras; con la picardía sexual de la perdiz pardilla y la concupiscencia de los pumas; con el libertinaje de los ratones y el enardecimiento de los rottweilers; con la desvergüenza de los tigres.
    
    Palabras como “cambio sustancial del sistema”; “transformación real”; “sentimiento revolucionario”; “voluntad de marcar la diferencia”; “juventud movilizadora”; “hacer política para nuestro tiempo”; tenían en nosotros el mismo peso que un alfiler, un mondadientes o un grano de arena.
    
    ¿Para qué autoengañarme con el mito de que yo era una pieza fundamental de un importante movimiento social, político y económico? Mejor me ponía a bailar perreo pegado para uno de mis chicos, o me ponía a jugar exhalando enormes bocanadas de humo cigarrero sobre sus “grandezas pélvicas”. Mejor usaba esas grandezas para “hacer sonar ...
    ... las espumas”, o me colocaba “en cuatro patas” sobre la alfombra, para que uno de ellos me “hiciera la cola”.
    
    —Perdoname, pero me da un poco de miedo. ¿Cómo sé que no te va a doler?
    
    —Tenés que lubricarlo mucho primero, con uno de los lubricantes a base de agua o de silicona que tengo guardados en mi mochila, y siempre andá y entrá des-pa-ci-to.
    
    Pero, ¿cuál es el verdadero bando que escogo en la vida, entonces? El amor, por más sucio y ordinario que sea el que yo practico. El amor profundo que suelo sentir por los hombres a veces, más allá de lo que haya sido mi “padre” conmigo.
    
    No todo ha sido así de interesante siempre. Una vez desatado el escándalo interno, los líderes me han expulsado y vetado permanentemente de todas las sedes juveniles de los partidos de la izquierda trotskista de la ciudad. Fueron bastantes selectivos al haber hecho eso solamente conmigo y no con el resto de los involucrados. Se vio que no quisieron adelgazar demasiado su número de afiliados arriesgándose a tomar semejante medida, con la inminente consecuencia de engrasar todavía más su agrietada reputación. Ya no soy bienvenida en ningún campamento anticapitalista veraniego. Una vez un grupo de novias y ex novias desdichadas intentó sin éxito lincharme (“¡Vení y da la cara, trola (prostituta)!”), y les he tomado un cariño muy especial a ese grupo de flacuchos temerosos que se armó en rotonda para evitar que me hicieran daño. En medio de un ensordecedor histrionismo y de una angustia imposible ...
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