Silvia (Segunda parte)
Fecha: 13/04/2025,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Maribel1970, Fuente: CuentoRelatos
... duela.
-S. Venga, pero no me mires. Ostras mamá, ¿te has puesto aceite en el coño?
-M. Tu sigue hablando y verás como necesitamos cambiar las sabanas.
Quiero mucho a mi familia, pero, por mí, el mundo podría haberse parado en ese momento. Acurrucadas en cama, y con Silvia besándome el cuello, sus pechos sobre mí y su mano izquierda amasando mi almeja como solo una mujer sabe hacerlo, ¿qué más podía pedir? Pues en el fondo lo que más me excitaba era su vocecilla en mi oreja susurrando entre profundas respiraciones.
-S. Estás tan caliente que no se si voy a poder tocarte sin que te corras al instante. Pero bueno, seguiré contándote. El caso es que empecé a ir por su casa dos o tres noches por semana, te acordarás que llegaba tarde a casa, a Rosaura le venía muy bien mi ayuda al estar yo en segundo y ella en primero. Un día me quedé de piedra al ver que ellas cenaban en pantys.
-M. ¿En pantys? ¿No serían mallas?
-S. Mamá, se distinguir unos pantys de unas mallas.
-M. Perdón, sigue sigue.
-S. Pues supongo que me puse toda roja, pero para ellas era habitual, Milagros solía llevar unos blancos, que le transparentaban todo el culo, porque encima le quedaban bastante justos.
-M. ¿Y debajo?
-S. Mamá, nada, nada de nada. Por delante el coño solo se le intuía porque el tejido era más tupido, se notaba que lo llevaba depilado por todo menos en los labios, como nosotras o incluso más y en el centro los pelillos se le salían un poco por el nylon.
-M. ...
... Joder, menudo panorama. ¿Y el torso?
-S. Pues normalmente una camiseta o una blusa, pero a veces había premio y no llevaba sujetador y claro, yo no era capaz de mirarla a los ojos cuando me hablaba. El caso es que poco a poco me fui acostumbrando y un día Mila me dijo que si quería me quitase yo la falda que estaría más cómoda, y tenía razón, solíamos pasarnos la noche las tres luciendo piernas y culo por toda la casa.
-M. Qué suerte, me muero de envidia.
-S. ¿No estás celosa?
-M. ¡Qué va! Lo que estoy es a punto de correrme. Me siento flotar. Dame un beso.
Me moría de ganas de saber más de aquel episodio de la vida de mi hija, pero mientras me besaba acerqué mi mano a mi coño y Silvia bajó la suya hasta mi ojete para clavarme un dedo que entró con toda facilidad de lo relajada y húmeda que yo estaba. Empecé a chillar como una posesa, no sé muy bien por qué, quizás para mostrarle a Silvia el mucho placer que obtenía con ella, pero eran unos gritos sinceros y honestos, toda esa explosión que salía disparada de mi coño hacia los rincones de mi cuerpo resonaba en mi garganta mientras mis caderas subían y bajaban sísmicamente hasta rendirme y empezar a pensar ya en el siguiente orgasmo.
-S. ¿Te ha gustado? ¡A mí no me finjas los orgasmos eh!
-M. Hija, que no tengo fuerzas ni para reírme. Me ha encantado. Veo que te lo pasabas muy bien con ellas. Estoy alucinando con la modosita de Milagros. Pero ahora te toca a ti. ¿Como está ese coñito delicioso? Uff, como el mío ...