Silvia (Segunda parte)
Fecha: 13/04/2025,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Maribel1970, Fuente: CuentoRelatos
... o peor. ¿Quieres algo especial?
-S. No, masajéamelo, despacio, sin prisa.
-M. ¿Te hacías muchas pajas pensando en ellas?
-S. ¿Tú que crees? Es que lo que no puedo explicarte es el ambiente que había allí mamá, no sé, me gustaba mucho Milagros, pero me daba mucho morbo la casa en sí, ellas dos viviendo solas allí, medio desnudas, con la calefacción siempre a tope. Acabé haciéndome una paja en su baño casi todos los días que iba por allí, estaba tan excitada que me daba igual lo que pensasen de mi por meterme diez minutos en el baño todos los días, cogía las bragas de Milagros del cesto de la ropa sucia y me corría aspirando su olor lo más profundo que podía.
-M. ¿Y nunca cogías las de Rosaura?
-S. Alguna vez, pero prefería las de su madre. ¿Sabes qué? Rosaura es muy guapa también, pero tendría dieciocho o diecinueve años y un cuerpo perfecto, sin una arruga ni un solo defecto, era como un cuadro, no me hacía efecto, en cambio su madre, estando buenísima tenía ya unos cuarenta, sus buenos kilitos, su culo exagerado, aunque precioso, sus tetas caídas, ¿entiendes? Además mami, es que era tan buena conmigo, tan amable y cariñosa, pero una amabilidad realmente sincera sin nada de nada de falsedad, era como un ángel y un demonio al mismo tiempo porque ese carácter en un cuerpo como el suyo lo hacía todavía más apetitoso, solo pensar en su cara y sus labios ya me ponía más que la polla del chico más guapo de la universidad, y eso que a mí una buena polla me encanta, ...
... supongo que hay confianza y te lo puedo decir.
-M. Claro que puedes, ¿voy bien así?
-S. De maravilla. Pues... que ya ves que de heterosexual nada. Como dicen los hombres me mataba a pajas. Me metía en mi cama todas las noches y siempre caía una o dos.
-M. Caray, nunca me lo habría imaginado. No quiero cortarte cariño, pero cuando te corras me cuentas como acabó aquello, ¿de acuerdo?
-S. Joder mamá, es que aún no te he contado lo mejor. Recuerdas que ayer te pregunté si conocías algún caso así, como nosotras.
-M. Claro que lo recuerdo.
-S. Es que tenía ya ganas de comentártelo, pero luego me arrepentí.
-M. ¿Pero tú crees que ellas...?
-S. No lo sé, pero... quizás, yo te lo cuento y tu misma sacas tus conclusiones. Ahora viene lo que más me avergüenza, pero me empiezas a poner tan cachonda que o te lo cuento ahora o nunca. Acercarme tu pezón y te lo chupo mientras te cuento o te lo acaricio.
-M. No tengas miedo.
-S. Pues, sabes que ellas viven en el segundo piso de la casa encima de sus tíos, pues por aquel tiempo su tío ya estaba prejubilado de la Caja de Ahorros y se pasaban casi todo el año fuera, en el pueblo.
-M. ¿No vive nadie más en el edificio?
-S. No, son sólo dos pisos, muy grandes y, bueno, unos pequeños trasteros abuhardillados encima del segundo. Entonces, como cada noche tenían que bajar a cerrar el portal cuando yo me iba un día Milagros me dio una llave para que cerrase yo y me la quedase, y bueno, creo que ya la primera noche ...