1. De compras


    Fecha: 16/04/2025, Categorías: Gays Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos

    Siempre he odiado comprar ropa. Lo que más valoro cuando vivo en pareja es que la otra parte vaya sin mí, compre lo que sea y lo ponga en el armario. Al final si a mí me da igual. Pero hacía años que estaba solo. Y la ropa pasó de interesante a guiñapos raídos antes de lo que yo esperaba. Bueno en realidad la mayoría tardó varios años en hacerlo, casi tuve la tentación de volver con alguien solo para que me comprase ropa.
    
    Por fin hice de tripas corazón y me dirigí a un centro comercial que un compañero de trabajo me había recomendado. Al salir a la calle tuve pereza de mover el coche y cogí el bus, no todos los días aparcas delante de casa y no tenía pensado salir el fin de semana, así que allí se quedó. Era viernes. Empezaba a hacer frío, por fin, después de un caluroso octubre, así que agradecí la chaqueta. Cogí el bus, la parada estaba a dos pasos de casa y el nº 2 me dejaba en la puerta del Centro Comercial.
    
    Una vez allí me dirigí a la tienda que me había dicho mi compañero y entré. Hasta aquí todo bien. Pero solo hasta aquí, dentro de la tienda empezaron los problemas, no encontraba nada, no veía lo que me gusta, y no sabía ni que talla uso. Por fin, por aburrimiento cogí unos pantalones y me fui a los probadores. No me entraban, eran como 10 tallas más pequeños. Y no es que esté gordo, para mis 48 años estoy aún de buen ver, con mis canas y mi cuerpo cuidado, no de gym, pero cuidado. Y allí estaba yo en gayumbos y viendo a ver que hacía para ir a buscar algo de mi ...
    ... talla.
    
    Los probadores eran grandes y tenían una cortina de esas que por los lados cuesta de cerrar. Asomé la cabeza para ver si alguien del personal me podía ayudar y vi pasar a un chico todo de negro con un montón de perchas en la mano.
    
    —¡Oye perdona! —le dije con la cabeza fuera del vestidor y aguantando la cortina con una mano.
    
    —¿Sí?
    
    —¿Me puedes traer unos pantalones de mi talla? Es que estos son como un porrón de tallas menos.
    
    Él se me quedó mirando con una expresión extraña y de repente fijó la mirada en los pantalones que le estaba acercando y empezó a reírse un poco. —¿No eres un poco mayor para usar ropa de niño?
    
    —¿Qué?
    
    —Que has cogido ropa de la sección de niños, espera —Y sin tiempo a protestar nada se acercó a la cortina y mientras yo me echaba hacía atrás él metía la mitad del cuerpo en mi probador. Me levantó la camisa y estudió detenidamente mi cintura y caderas, me resultó extraño que mirase tanto mi bulto; pero fue bastante profesional.
    
    Salió rápido del probador y volvió al rato con dos pares de pantalones. Bastante más grandes. Los primeros me estaban bien, muy bien. Y él seguía allí mirando por la raja que deja la cortina y cuando vio cómo me quedaban volvió a meter la cabeza y me dijo que muy bien y que me probara los otros. Eran unos vaqueros de pitillo y me sobraba mucho por abajo. Volvió a meter la cabeza y le dije que estos no, que no me gustaba como quedaban por abajo. Y sin decir nada se metió dentro del cubículo cerró bien la ...
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