De compras
Fecha: 16/04/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos
... cortina y se arrodillo delante de mí.
—Es que estos hay que hacerles el doblez por abajo, y así quedan bien, y si no lo los cortas por aquí y también quedan bien, se llevan así, rotos por debajo. Lo único —siguió diciendo mientras se levantaba y se movía alrededor magreándome los muslos y el culo sin contemplación— Lo único, como te digo, es que estos hay que saber cargarlos.
—¿El qué?
—¡Mira! —Y diciendo esto, me metió la mano por la cintura y me agarró la poya sin cortarse un duro, mientras decía. —hay que arreglarse bien el paquete, porque si no, si te empalmas y está mal puesta crece hacia afuera y es un corte, pero si la pones así crece hacia arriba y no se nota —Toda esta explicación la había hecho mientras me movía la poya de arriba abajo por dentro del pantalón —Y tú debes tener cuidado con esto, porque veo que vas bien armado.
No entendiendo bien a que se refería, vi con estupor como mi poya se había levantado y estaba ya gorda y lozana, preparada para la marcha. El dependiente no se cortó un pelo, se volvió a arrodillar delante de mí, bajó la cremallera, tiró del pantalón con fuerza hacia abajo arrastrando calzoncillos y todo y polla saltó emocionada hacia arriba. Se arribó con rapidez y se la metió casi entera en la boca. Mi joven mamón, no tendría los 20 años aún, cara de pillo, y una mirada intensa y sensual. Tenía septum, una boca grande con labios finos y una sonrisa picarona muy seductora. Su cara era fina y de facciones marcadas, barba casi no ...
... había aún, y el pelo castaño claro y de cejas finas.
Yo estaba en shock no sabía ni que hacer. Él seguía a lo suyo, me comió los huevos con delite, con la punta de su lengua jugueteó con mi glande y con los labios repasó de lado los 18 cm del tronco de mi polla. Era sin duda alguna, la mejor mamada que me habían hecho nunca. Y la primera que me hacía un tío. Saltaron algunos pensamientos heteroraros, pero en cuanto empezó a pajearme y a succionar al mismo tiempo solo pensé en correrme dentro de aquella boquita tan traviesa. Él siguió marcando un ritmo cada vez más frenético hasta que con grandes convulsiones le llené la boca del zumo de mi nado. Se lo tragó todo sin parpadear. Hasta se relamió y me limpió los restos dejándome la poya limpia e impoluta.
—Menudo servicio de venta —pude decir entre jadeos y con una sonrisa tonta en la cara.
—Ni siquiera trabajo aquí —Y se levantó y se fue tan rápido que no puede decirle ni gracias.
Compré lo pantalones y un poco entre contento y abatido y me dirigí hacia la salida. Me cruce con él en las escaleras mecánicas. Él y su grupo de amigos subían y yo bajaba. A grito pelado les dijo a sus compañeros que se dieran prisa que la peli iba a empezar, creo que me guiñó hasta un ojo. Capté la indirecta y me dirigí al cine. En la cola me puse justo detrás de él y haciendo como que acomoda las bolsas y el abrigo, le rocé el culo. Él se giró y me volvió a guiar un ojo. Mientras sus amigos se dirigían a comprar palomitas volvió a gritar: ...